Jonah Hex, la serie inesperada
El anonimato puede ser una virtud. Y es que en tiempos de crossovers, relanzamientos editoriales y baile de autores ser una colección editada por una gran editorial y no estar en primera línea puede ser (por contradictorio que parezca) un aliciente para autores y lectores. En ese mismo sentido ya se reseñaron las bondades de X-Factor, pero el caso de DC con Jonah Hex es aún más acentuado.
Creado por John Albano y Tony DeZuñiga en 1971 dentro de la antología All-Star Western, el personaje de Hex pronto llamo la atención por su carácter y aspecto poco convencionales. Antiguo soldado sudista reconvertido en cazarrecompensas y con el rostro parcialmente desfigurado debido a un ritual indio, Hex dista mucho de ser un héroe políticamente correcto e impoluto. Más bien se trata de un duro pistolero con un férreo código moral pero proclive al juego sucio y a la ironia sangrante. Tras obtener una serie propia que alcanzó las 92 entregas, Hex pasó por una fallida reinvención a mediados de los 80 (trasladando al personaje a un futuro postapocalíptico) y tres notables miniseries bajo el sello Vertigo en los 90 antes de volver a gozar de cabecera propia en 2006.
Pocos alicientes tenía esa nueva serie en el momento de su anuncio. Además de un género poco comercial (el western) y un personaje conocido pero minoritario, la serie ni siquiera tenía nombres de peso respaldándola. El guión corría a cargo del dúo formado por Justin Gray y Jimmy Palmiotti, pareja de autores todoterreno cuya trayectoria conjunta abarcaba todo tipo de historias para toda clase de géneros y editoriales con resultados de lo más dispares. En su mayoría cumplidores pero siempre discretos. Y la falta de un dibujante fijo con la marcha de Luke Ross tras apenas seis números no era muy alentadora.
Sin embargo Palmiotti y Gray supieron convertir el menos en más. Planteada como una sucesión de historias unitarias (aunque hay tramas y personajes que van reapareciendo y desarrollándose) situadas a lo largo de la cronología del personaje, la cabecera recupera situaciones y personajes de la serie original junto a otros nuevos (la pistolera Tallulah Black) y la apariciones de El Diablo, Bat Lash y otros cowboys de la editorial. La violencia y el humor negro presente en las historias así como el enfoque adulto y el carisma que supieron darle al personaje fueron atrayendo poco a poco a los lectores mediante el boca a boca. Además, la falta de un dibujante fijo ha permitido a la colección contar con una selección de dibujantes de gran nivel dotados de muy distintos estilos: junto a los citados Luke Ross y Tony DeZuñiga, la serie ha gozado de los lápices de Darwin Cooke, Paul Gulacy, Phil Noto, Giuseppe Camuncoli, J.H. Williams, Jeff Lemire, John Higgins, Phil Winslade o los españoles Rafa Garres y Jordi Bernet, siendo este último (con al menos una docena de números) el autor semioficial de la serie. Prueba de la calidad lograda fue la puesta en marcha de una versión cinematográfica protagonizada por Josh Brolin, si bien el resultado poco tuvo que ver con el trabajo de Gray y Palmiotti tanto en contenido como en calidad.
Tras casi siete años siendo garantía de de calidad mes a mes y sin señales de agotamiento, el reciente relanzamiento del Universo DC también ha hecho mella en la serie, rebautizada como All Star Western y con Jonah Hex estableciéndose en la ciudad de Gotham. Escrita por el mismo dueto de guionistas, el cambio de aires y numeración no parece implicar un cambio en la calidad de la serie. Ojala este relanzamiento anime al nuevo editor español de DC a completar la edición de la serie en nuestro país, suspendida sin explicación alguna. Un material tan notable es merecedor de una mejor suerte.
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