Sleeper: Juego de lealtades
En su recuperación de grandes obras del fondo editorial de DC, ECC ha echado mano de Sleeper, obra que supuso la consagración del tándem creativo formado por el guionista Ed Brubaker y el dibujante Sean Phillips.
Aunque perteneciente a DC en el momento de su publicación, argumentalmente Sleeper transcurre en el universo Wildstorm, creado por Jim Lee para Image y que, en la época previa a los Nuevos 52, mantenía su independencia creativa. El origen del proyecto hay que buscarlo en Point Blank, miniserie escrita por Ed Brubaker y dibujada por Colin Wilson. En ella se relataba el enfrentamiento entre Grifter y Tao, su antiguo compañero de los WildCATS reconvertido en un maquiavélico y poderoso criminal. Pero entre los secundarios de aquella historia estaba Holden Carver, un agente secreto infiltrado en la organización de Tao que, tras serie de eventualidades, quedaba atrapado en su propia tapadera. Un personaje y una situación demasiado interesantes como para no aprovecharlas, dando pie a una serie propia ilustrada por Sean Phillips.
Dotado de un extraño poder que le hace insensible al dolor y le permite transmitirlo a otras personas, las habilidades de Carver le hacen inmune a los poderes mentales de Tao, convirtiéndole en el topo perfecto para derrocar su cada vez más poderosa organización. Difamado públicamente como traidor y criminal, solo su jefe directo John Lynch conocería su auténtica situación. Un plan con un único fallo: que Lynch quede en coma tras un tiroteo. Sin nadie que pueda probar su verdadera lealtad, Carver queda varado en tierra de nadie, con las autoridades creyéndole un delincuente y los propios delincuentes sospechando de sus verdaderas intenciones.
Pese a ciertos elementos fantásticos –Carver y Tao no son los únicos con habilidades sobrehumanas- estos son lo que menos importa del conjunto. Mezclando rasgos de géneros como la serie negra y el espionaje, Sleeper muestra a Carver caminando por el filo de la navaja, obligado a actuar como un villano para mantener su secreto mientras busca desesperadamente como recuperar su vida. Algo que le hace crear peligrosos y ambiguos lazos con personajes como los matones Genocidio Jones y XXX Ray, sus superiores Miss Miseria –dotada de una necesidad biológica de hacer el mal (sic)- y el suspicaz Peter Grimm o el propio Tao, cuyo escalofriante cerebro siempre parece ir varios pasos por delante de todo y todos.
La descripción de ambientes clandestinos, juegos de poder y operaciones criminales ocupan la mayor parte de la acción, mano a mano con la introspección psicológica de un protagonista en continua tensión ante inesperados giros que puede suceder -y suceden- en la intriga. La labor de Phillips en el apartado gráfico potencia esos elementos con una atmosfera realista –nada de disfraces llamativos y coloridos, nade de enormes naves y/o artilugios fantásticos- dominada por ambientes callejeros llenos de sombras y nocturnidad y una paleta de colores ocres que parecen reflejar el tono argumental. Con un estilo que tiende a la línea clara y sencilla, con una elaborada planificación de página que juega con la disposición de cada viñeta en el resultado final, Sleeper engancha a su lector poniéndole en la piel de su protagonista, no sabiendo qué podría ocurrir al pasar la página.
Tras un primer volumen de doce números Brubaker y Phillips lanzaron una secuela de idéntica extensión, donde el desenlace de la “primera temporada” y el regreso a la consciencia de Lynch cambian por completo las reglas del juego, poniendo a Carver en una posición muy distinta -pero en el fondo idéntica- a la inicial. A pesar de la presencia ocasional de otros personajes de la editorial –Grifter, Backlash- la cabecera siguió manteniendo su autonomía mientras la línea entre ambos bandos se volvía progresivamente más fina y peligrosa. Algo que desembocó en una resolución tan inesperada y definitiva como coherente con el planteamiento y tono de la premisa.
Más allá de sus propios méritos Sleeper supuso el primer gran trabajo conjunto de potente dúo Brubaker/Phillips, responsable de las posteriores Criminal, Incognito y Fatale. Aunque mucho menos conocida que estas, Sleeper puede aguantar la mirada a sus hermanas sin pestañear. Una (otra) razón para recomendar encarecidamente su lectura.
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