Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"El cielo de un guerrero lo dan los actos, no las creencias. Las estrellas no nos piden nuestra fe antes de sonreírnos." Thor, Thor #16
ID

Hulka: Vaivenes editoriales de una heroína de culto

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 24/05/2015
La Atalaya del Vigía

Con la publicación del segundo tomo de Hulka concluye la última serie dedicada a la heroína esmeralda de Marvel a cargo de Charles Soule y Javier Pulido. Una (otra) etapa más para un personaje que, pese a su irregular trayectoria editorial, se ha labrado un merecido lugar en el corazón de autores y aficionados y durante las últimas décadas.

Pero no siempre fue así. Y es que el origen de Hulka obedeció a una simple cuestión legal derivada de la serie televisiva sobre Hulk emitida a finales de los 70. Temiendo que los productores desarrollasen por su cuenta una versión femenina, Marvel se adelantó y creó a Hulka (She-Hulk) para asegurar los posibles derechos.


Así nació la abogada Jennifer Walters, prima de Bruce Banner que, tras una transfusión de sangre de este último, adquiere una fortaleza y aspecto verde similares a los de su colérico pariente. El personaje debutó en el #1 de su propia cabecera y su creación fue obra de los mismísimos Stan Lee y John Buscema. Pero pese a semejante pedigrí, esta primera serie pasó sin pena ni gloria y fue cancelada tras veinticinco números. Roger Stern reclamó al personaje para su etapa de Los Vengadores y fue incluida en eventos como Contest of Champions y Secret Wars. Pero faltaba un autor que supiese aprovechar su verdadero potencial.


A mediados de los 80 John Byrne utilizó a Hulka durante su etapa de Los 4 Fantásticos como suplente de La Cosa. Pero su intención iba más allá de cambiar a un personaje forzudo por otro. En sus manos Jennifer fue redefinida por completo, pasando de ser un “Hulk con pechos” a gozar de una personalidad definida, independiente y plenamente consciente de su sexualidad femenina. Un personaje carismático y con gran sentido del humor cuyos rasgos toscos se dulcificaron y su pauperrimo vestuario dio pie a elaborados modelos que resaltaban su espectacular anatomía. La interacción con sus compañeros, sus chispeantes diálogos y el atractivo físico otorgados por el autor pronto la transformaron en un personaje querido por los lectores. Hasta el punto de que Marvel encargó a Byrne una historia de Hulka en solitario para la recién creada línea de novelas gráficas de la editorial.


El cariño de Byrne por Hulka volvió a hacerse patente cuando, en su regreso a Marvel a finales de los 80, se encargó de una nueva serie regular de personaje. En sus páginas llevó el carácter desenfadado y bromista de Jennifer a cotas aún mayores, dando a sus aventuras un tono paródico donde la propia Hulka era consciente de su condición de personaje de cómic y dialogaba directamente con editores, lectores y el propio autor. Byrne abandonó la serie tras el #8 debido a sus numerosos compromisos, pero la retomó en el #31, proporcionando a la cabecera sus mejores momentos: un villano que se dedicaba a dejar en blanco las páginas (sic), la protagonista criticando la calidad del entintado, la editora regañando a Byrne por imitar a otros dibujantes como recurso para aumentar las ventas; o el último número (#50), con la propia Hulka acudiendo a las oficinas de Marvel para tantear posibles autores sustitutos ante la cancelación de la serie.


Convertida ya en personaje de culto, durante los siguientes años Hulka mantuvo un perfil discreto, perdiendo el tono paródico previo y limitándose a apariciones esporádicas. En 2004 obtuvo una nueva serie escrita por Dan Slott centrada su profesión de abogada, empleándola en un bufete especializado en pleitos con superhéroes.


El delicioso tono de sitcom, el interesante reparto de secundarios y un enciclopédico conocimiento de la continuidad con jocosas aplicaciones consiguió el beneplácito del público. Tanto que Marvel se vio obligada a resucitar la cabecera tras haberla cancelado en el #12.


Slott abandonaría la serie tras treinta y tres entregas, siendo sustituido por Peter David. Pero el nuevo enfoque de este último no fue bien recibido por los lectores y llevó la serie a su cancelación. De nuevo el personaje quedó relegado a un plano secundario hasta que recientemente cabeceras como FF o el citado nuevo volumen escrito por Soule recuperaron su potencial, utilizando un enfoque más propio del cómic independiente que del tebeo de superhéroes puro y duro. Tristemente las ajustadas cifras de venta han pesado más que la notable calidad de ambas series, pero servidor no duda que la amazona esmeralda acabará volviendo a primera línea. Porque ella lo vale.


contactarEdición impresa