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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Multiversity: Los muchos enfoques del cómic de superhéroes

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 03/06/2015
La Atalaya del Vigía

A grandes rasgos la obra de Grant Morrison ha alternado trabajos comerciales y experimentos rabiosamente autorales con resultados muy dispares. Pero, en ambas vertientes, queda manifiesto su gran amor por el género de los superhéroes. Mientras otros guionistas lo han abandonado en favor de distintas temáticas, lo afrontan como un trabajo meramente alimenticio o incluso llegan a renegar públicamente del mismo, Morrison sigue al pie del cañón inyectando creatividad, aportando nuevos enfoques y explorando sus posibilidades narrativas.


Coincidiendo con la recuperación del multiverso DC en la serie 52, el guionista escocés concibió un proyecto que explorase esos nuevos universos alternativos recién (re)descubiertos. Pero esa ambiciosa historia se hizo esperar debido a las complejas ideas del escritor y sus numerosos compromisos. Tanto que en los años posteriores, mientras los detalles sobre sus planes se filtraban con cuentagotas, aparecieron otras obras sobre el tema del multiverso DC como Cuenta Atrás y Crisis Final. La segunda -escrita por el propio Morrison- ya incluía personajes y escenarios pensados para aquel proyecto inicial, cuyo desarrollo siguió en marcha incluso tras el reseteo (sic) del universo editorial.


Ahora, tras años de trabajo y aplazamientos, aquella obra ve la luz bajo el título de Multiversity. Planificada de forma similar a sus Siete Soldados de la Victoria, la serie está integrada por siete entregas independientes enmarcadas entre dos números a modo de inicio y desenlace. De fondo, a modo de hilo conductor, una trama sobre la invasión del multiverso por parte de una raza conocida como los Gentry y un curioso recurso de engarce: en la realidad de cada episodio las de los otros aparecen reproducidas como cómics de ficción, en un guiño metalingüístico muy propio del autor.


Pero lo más sorprendente del conjunto es que, sin dejar de ser historias de superhéroes, cada entrega difiere completamente a las demás. Tanto en contenido como en estilo. Tomando como modelo las tierras paralelas originales de DC, Morrison homenajea las raíces pulp del género en una historia de la Sociedad de la Justicia; explora el culto a los famosos y el concepto de legado mediante los hijos de los héroes actuales; examina el lado oscuro y la dimensión política de los superhéroes utilizando los antiguos personajes de la Charlton -Question, Blue Beetle, Capitán Atom-; muestra la cara más inocente y luminosa del género mediante Shazam y la familia Marvel; recrea el mundo bajo dominio nazi de los Freedom Fighters y los personajes de la Quality; plantea las consecuencias de la irrupción de un superhumano en el mundo real…


Los guiones reproducen el tono, enfoque y elementos definitorios de las distintas épocas del comic USA –la primitiva Edad de Oro, la inocente Edad de Plata, la descreída Edad de Bronce, la comercial Edad Moderna-, dando a cada entrega un estilo único. Más ligero y lineal –Mundo Trueno, definido por el autor como el equivalente a una película de Pixar- o denso y complejo –Pax Americana, una suerte de remake de Watchmen que reproduce las piruetas narrativas de Alan Moore y Dave Gibbons en dicha obra- según el caso.


La estrecha colaboración del guionista con dibujantes tan distintos -e interesantes- como Ivan Reis, Chris Sprouse, Ben Oliver, Frank Quitely, Cameron Stewart, Jim Lee y Doug Mankhe contribuye a dar una personalidad propia a cada entrega, con Morrison procurando que la trama potencie los puntos fuertes de cada ilustrador. Quizá sea ese el mayor defecto de Multiversity: la sensación de no estar frente a una historia concreta, sino ante una suma de números #1 rebosantes de interesantísimos conceptos y detalles cuyo desarrollo posterior nunca veremos. El quinto número -centrado en reseñar el resto de tierras paralelas mediante mapas, esquemas y fichas- demuestra que, a falta de ver la conclusión del proyecto, el desarrollo quizá sea demasiado breve para hacer justicia al verdadero potencial del proyecto.


Multiversity no inventa nada, pero maneja los elementos del género con una ambición y frescura no frenadas por imposiciones comerciales ni continuidades oficiales. Morrison ha plantado las semillas para un universo –o universos- DC más interesante. Está por ver si alguien podrá, querrá y/o le dejaran utilizar los frutos de dicha siembra.


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