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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Lo que perdemos sin la grapa

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 10/06/2015
La Atalaya del Vigía

La decisión por parte de ECC de publicar Multiversity en grapa ha servido para devolver la atención sobre dicho formato a muchos lectores que últimamente se han desligado del mismo. Sin entrar en lo relacionado con los formatos digitales, de un tiempo a esta parte la edición de cómic USA ha ido modificándose para ir cediendo importancia a la edición en tomo. Un tema con más implicaciones de las que parece y que van más allá de lo puramente mercantil.


Como ya señalamos previamente la pujanza de tomos recopilatorios parecía cobrar cada vez mayor relevancia en el mercado español. Y no solo en lo referido al cómic norteamericano. Costes económicos –afectando tanto al editor como al lector-, marketing –una edición más atractiva para grandes superficies y puntos de venta generalistas con la que engatusar al lector ajeno al medio-, y la aparición de un pujante mercado de reediciones son los principales responsables de dicha tendencia. Algo con ventajas e inconvenientes discutibles.


Pero el objetivo de este texto es señalar las como la publicación orientada al tomo está teniendo efecto sobre las propias historias a recopilar. De forma cada vez más acusada en los últimos años –especialmente por parte de Marvel y DC- cada saga y/o arco argumental de una serie parece haber sido pensado y desarrollado para su posterior recopilación apenas unos meses después de su conclusión. Una tendencia que Panini y ECC han adoptado como propia en formatos como Marvel Deluxe y la reedición trimestral de series como Batman, Superman o La Liga de la Justicia. No es que no se haya hecho previamente.


La recopilación de sagas concretas de series regulares ya es cosa vieja. Ahí están historias como La Guerra Kree-Skrull, Una muerte en la Familia, Born Again, El Contrato Judas, La Última Cacería de Kraven o American Gothic para demostrarlo. Historias que, por su excepcional calidad y la demanda de los lectores derivada de la misma, eran reeditadas en formato tomo. La diferencia es que actualmente la edición en tomo parece pensada antes de la elaboración de la historia en sí. Además dicha edición tiene lugar con una regularidad marcial, independientemente de si el producto es merecedor ó no de semejante tratamiento.


Pero lo verdaderamente preocupante de esta tendencia es como puede llegar a condicionar la propia narración de los cómics recopilados. En los últimos años se ha producido un auge de guionistas –Brian Bendis, Jonathan Hickman, Scott Snyder- que han hecho de la descompresión narrativa su estandarte. Independientemente de la calidad de sus argumentos o su habilidad para los diálogos, sus cómics suelen mirar tan a corto plazo que solo mediante su lectura global el conjunto adquiere entidad. Por el contrario disfrutar de las mismas capítulo a capítulo acaba volviéndose una empresa tediosa, con un ritmo lento, estiramiento excesivo de acciones y diálogos llenos de tiempos muertos. Encontrar un número capaz de contar una historia con inicio y desenlace y/o que narre una secuencia completa en una sola página se convierte en muchos casos en una rareza. Un panorama donde historias emblemáticas como Ruleta (Daredevil #191), La Lección de Anatomía (Swamp Thing #21), Para que la Oscuridad no nos alcance (The Incredible Hulk #420) ó El Son de sus Alas (The Sandman #8) no habrían sido posibles. Historias señeras que supusieron un punto y aparte y que, en 24 míseras páginas, cuentan más cosas y mejor que numerosas macrosagas actuales.


Con Marvel y DC aparentemente embarcadas en una carrera por acumular megaeventos, crossovers y sinergias con otros medios, las series principales adolecen cada vez más esta dinámica. Uno tiene que irse a los márgenes para poder disfrutar del placer de un buen cómic no condicionado por la obligación de encajar en un futuro recopilatorio o evento editorial. Son las series de la apodada Marvel hipster -Ojo de Halcón, Estela Plateada, Hulka, Daredevil- donde uno aun puede encontrar lo que parece un arte perdido. Algo de lo que DC parece haber tomado nota con Multiversity o la interesante selección de autores anunciados para sus lanzamientos post-Convergence. Las historias pequeñas también existen y son necesarias. Va siendo hora de que alguien se lo recuerde a los editores.


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