Daredevil: El Hombre sin Miedo #7 - Pecado Original

Los pecados del padre (y de la madre)

Daredevil: El Hombre sin Miedo #7 - Pecado Original USA - 2015
Guionista:Mark Waid
Dibujante:Javier Rodríguez, Chris Samnee
Editorial:Panini Cómics - 112 páginas - color Precio:11,00€

PUNTUACION
4/5

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Las grandes editoriales nos han acostumbrado a utilizar la llegada de cualquier crossover como excusa para involucrar a la mayoría de personajes, aunque sea de forma innecesaria, en el evento, intentando multiplicar las ventas pero dejándonos mediocres y olvidables historias. Hasta la fecha, la estancia de Mark Waid como guionista de Daredevil había logrado esquivar todos los eventos con gran elegancia, formando una pequeña isla junto a otros títulos como la muy recomendable Ojo de Halcón, que parecían transcurrir en su propio universo Marvel. Sin embargo, el anuncio de Pecado Original, la penúltima saga de la Casa de las ideas, lo hacía acompañada de dos números de Daredevil relacionados con ella.


Por suerte, Waid es un guionista curtido en mil batallas, que sabe capear muy bien estas imposiciones editoriales y salir airoso de este tipo de encargos. Los primeros números del tomo hacen referencia a los hechos acontecidos en la saga principal, para meternos de lleno en el “pecado original” de Matt, que no es otro que la marcha de su madre, y su ¿tortuosa? relación con Jack “Batallador” Murdock. Sin desvelar demasiado, nuestro abogado ciego favorito deberá localizar a la hermana Maggie al otro lado del mundo para obtener las respuestas que tanto necesita para poner en orden su vida. Javier Rodríguez se hace cargo del dibujo de estas dos entregas, consiguiendo mantener el buen hacer del habitual Chris Samnee, que regresa en el resto de números contenidos en el tomo con la elegancia acostumbrada, que nos ha regalado a un Daredevil que se mueve con soltura por viñetas llenas de color, muy alejadas de aquellas sombrías propuestas de Frank Miller o Alex Maleev.


El resto del tomo lo ocupa el Hombre Púrpura, a quien veremos en una nueva faceta, desesperado por convertirse en el padre perfecto de unos niños que parecen tener sus propios planes al respecto. Waid consigue devolver la chispa a un villano que, exceptuando las siempre brillantes aproximaciones realizadas por Brian Michael Bendis, nunca ha sido capaz de despertar el más mínimo interés entre los lectores.


Una nueva muestra de que Waid ha aterrizado en la serie perfecta para jugar con los personajes (impagable la química conseguida por el trío protagonista), utilizar tramas y subtramas e incluso, como es el caso, introducir una saga dentro de la serie sin que el conjunto se resienta. Una de las series a no perder de vista en la Marvel actual.