La Muerte de Superman: Historia del evento de la historia
Hay historias que interesan más por la idiosincrasia de publicación que por sus verdaderas virtudes narrativas. En el caso del cómic pocas han ejemplificado mejor dicha postura que la trama argumental conocida como La Muerte de Superman, multitudinaria línea argumental protagoniza por el Hombre de Acero a principios de los noventa.
Tras su espléndido relanzamiento a manos de John Byrne en la segunda mitad de los 80, las series dedicadas al último hijo de Krypton –Action Comics, Superman, Superman: Man of Steel y Superman Adventures- habían quedado a cargo de una plantilla de guionistas –Dan Jurgens, Roger Stern, Louise Simonson, Jerry Ordway- y dibujantes –John Bogdanove, Jackson Guice, Tom Grummett y el citado Jurgens- que pese a su buen hacer no pudieron impedir un descenso de las ventas. El impredecible panorama de los 90 impuso la necesidad de un revulsivo que volviese a poner al personaje en el candelero. El aplazamiento de los planes sobre la boda de Clark Kent y Lois Lane -debido al estreno de la serie televisiva Lois & Clark (ABC 1993-1997)- dispuso el escenario. Enfrentados a un año en blanco en sus series, los guionistas necesitaban una historia que capaz de rellenar ese hueco y, al mismo tiempo, atraer en masa a los lectores. Una historia tan inusual como matarle. La expectación desatada por semejante ocurrencia, antes incluso de publicarse un solo número, indicó a los responsables que habían dado en el clavo.
Con un arranque en fechado en Noviembre de 1992, en Superman: Man of Steel #17 daba inicio una macrosaga que involucraría a las cuatro cabeceras del personaje y cuyas repercusiones se harían sentir por todo el universo DC. El argumento comenzaba con la aparición de Juicio Final, un villano de aspecto brutal e inhumano creado para la ocasión del que poco o nada se sabía y cuya única ambición aparentaba ser la destrucción en masa por la propia destrucción en masa. Su letal periplo a lo largo de EE.UU., machacando todo obstáculo que se le pusiera en el camino hasta llegar a Metrópolis conseguía crear una sensación de amenaza imparable sin paragón con villanos previos. Algo que aumentó la expectación hasta llegar al inevitable enfrentamiento con Superman en un número –Superman Vol.2 #75- que ilustraba una brutal pelea entre ambos mediante splash pages y que culminaba con Superman sucumbiendo a causa de las heridas recibidas. Un número cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, copando cabeceras de periódicos e informativos generalistas y traduciéndose en unas cifras de venta millonarias.
Pero el show estaba lejos de terminar. Tras La Muerte de Superman llegó la saga Funeral por un Amigo, donde los autores exploran las consecuencias de la muerte del héroe tanto entre los secundarios de sus series como en el resto del universo DC mientras el cadáver de héroe desaparecía misteriosamente. El tercer y último acto sería El Reinado de los Superhombres, con la aparición de cuatro nuevos personajes –Steel, Superboy, el Superman Cyborg y El ultimo hijo de Krypton- reclamando para sí el símbolo de la S. Asignando cada serie a un sustituto, los autores jugaron al misterio, sembrando pistas y dudas sobre los motivos de cada personaje y cuál de ellos podría ser un revivido Kal-El. Finalmente, un año después de su inicio, el argumento llegó a su conclusión con el regreso del verdadero Superman y la verdad sobre sus cuatro sustitutos, recuperando al protagonista y su papel como el más grande de los superhéroes.
Durante la lectura de esta macrosaga se hace evidente que las connotaciones editoriales pesaban más que la creatividad de los autores. El atropellado diseño del villano y su ausencia de trasfondo revelan su condición de mero deux ex machina, siendo mucho más interesante la descripción de los cuatro sustitutos y el enigma sobre su identidad. Pero sobre todo a la historia le pesa el hecho de tener demasiados autores metiendo mano tanto al guión como al dibujo, provocando numerosos altibajos en la narración de una trama que quizá se habría beneficiado de una menor extensión. Sin embargo, vista en perspectiva, la propuesta no carece de interés, ocupando un lugar destacando en la historia del personaje y del cómic USA.
Adaptada en forma de novela, serial radiofónico, videojuego, film de animación e incluso un proyecto de película de imagen real –la frustrada Superman Lives de Tim Burton con Nicolas Cage-, la influencia de esta trama pronto tuvo réplicas con sagas que imitaban a grandes rasgos su estructura argumental tanto en la propia DC –Batman con La Caída del Murciélago, Green Lantern y Crepúsculo Esmeralda- como en Marvel –Spiderman y La Saga del Clon, Punisher en Carrera Suicida-, cayendo en los mismos defectos pero sin ninguno de sus méritos. Un pedazo de historia del cómic moderno –para bien y para mal- que ECC recupera para el mercado español.
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