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Los Nuevos 52: Batwing #1 La franquicia Batman nos muestra sus instalaciones en África
Los Nuevos 52: Batwing #1 USA - 2011 Guionista:Judd Winick Dibujante:Ben Oliver
Editorial:DC Comics -
24 páginas - color
Precio:2.99
La última etapa de las colecciones del Hombre Murciélago guiada por el “a menudo incomprensible pero siempre interesante” Grant Morrison, se basó en el concepto creado por el mismísimo Bruce Wayne por el que Batman pasaba a convertirse en una fuerza contra el crimen a nivel mundial. La formación de un ejército de señores de la noche, con un “murciélago” defendiendo cada una de las principales ciudades del mundo, no deja de ser una idea brillante y con múltiples posibilidades, cosa que este relanzamiento no podía dejar pasar.
Nos encontramos en África, donde Batwing, la personalidad heroica de David Zabimbe respaldada por Wayne, se ha convertido en un luchador contra la violencia y la corrupción imperante en el país. Su némesis recibe el nombre de Masacre y se ha enzarzado en una orgía de sangre y muerte digna del mejor Joker, aunque sus métodos son más cercanos a los exterminios genocidas que a los maquiavélicos planes del payaso. Porque si hay algo que el guionista Judd Winick quería traer a la colección era realismo y gravedad, presentándonos un Batman posible en el mundo real gracias a la tecnología en lucha contra crímenes y problemas muy reales.
Prometedor comienzo
La verdad es que los lápices de Ben Oliver consiguen dotar de personalidad las páginas y el guión de Winick es lo suficientemente prometedor para dejarnos con ganas de saber más de Zabimbe y su cruzada, sobre todo si, como ha prometido el escritor, queda mucho en el pasado de villano y héroe para sorprender al lector.
Sin embargo, es quizás ésta una colección que da la sensación de haber ofrecido más posibilidades si se hubiera publicado como miniserie o como parte de una antología que nos fuera presentando las diferentes franquicias de Batman en el mundo. De momento, le daremos un voto de confianza y seguiremos leyendo.
LO MEJOR: La crudeza de las escenas mostradas por Winick y el realismo de los lápices de Oliver.
LO PEOR: ¿Tendrá el interés suficiente para mantenerse como colección regular?
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