100% Marvel - Estela Plateada #2: Mundos Distintos Galactus regresa en la más cósmica de las colecciones Marvel
100% Marvel - Estela Plateada #2: Mundos Distintos USA - 2015 Guionista:Dan Slott Dibujante:Michael Allred
Editorial:Panini Cómics -
120 páginas - color
Precio:11,50€
Artículos relacionados
· 100% Marvel - Estela Plateada #1: Nuevo Amanecer
· La soledad de Estela Plateada, por Francesco Francavilla
· NYCC '13 - RAD! o El Retorno de Estela Plateada
El drama y la comedia son los dos polos, los dos estilos en los que se han movido, se mueven y se moverán gran parte de los productos culturales que degustamos los aficionados. El mundo del cómic tampoco es una excepción pero la gran versatilidad de muchos de sus profesionales, de los creativos que dan vida a las historias, permite que en muchos casos, en un mismo producto, disfrutemos tanto del drama como de la comedia ya sea en común, a través de varias micro-historias o con algunos añadidos que, evidentemente, pueden gustar más o menos al público, según nuestros intereses. Entre esa gran cantidad de profesionales hay algunos que son capaces de desempeñarse a la perfección en ambos estilos, permitiendo al lector saborear los momentos más alegres, los más tristes y los más agridulces de sus personajes favoritos.
Es posible que algunos de estos profesionales no lleguen a tener nunca el reconocimiento que se merecen, por diversas razones, pero es justo que los reivindiquemos siempre que sea posible, pues en el caso de las grandes editoriales como Marvel o DC, son ellos los que permiten que, en cierta forma, “se haga piña”, y se desarrollen grandes propuestas y personajes que, lejos de los grandes eventos y la épica puntual, se conviertan en el corazón de cada universo. Un ejemplo claro de este tipo de profesionales, como lleva años demostrando, es Dan Slott, que además de continuar escribiendo las aventuras de Spiderman (próximamente os ofreceremos un análisis de los últimos meses de esa colección), también hace las delicias de propios y extraños, junto con el genio Michael Allred, con uno de los iconos más reconocibles de la Casa de las Ideas, Estela Plateada.
Después de un primer volumen que, a modo de introducción, nos situaba en el nuevo status de Norrin Radd y su excepcional acompañante, Dawn, en este segundo volumen el viaje intergaláctico sigue, en un nuevo derroche de imaginación del guionista que nos permite disfrutar de cada viñeta desde el inicio del tomo. Ese inicio, La Aventura en el Planeta Prime, es una de esas joyas, uno de esos números, que utilizaremos los aficionados cuando en el futuro reclamemos una reedición de estos cómics, de la misma forma que se recuerda con gran cariño aquel mítico viaje de Masacre por la época de Stan Lee y John Romita Sr en The Amazing Spider-Man, por citar un ejemplo claro de cómic humorístico Marvel. Es un ejemplar que bien podría servir de puerta de entrada a muchos nuevos lectores, por la dinámica que establece y, en especial, por su magnífico desarrollo a todos los niveles, con unos enemigos que son, ante todo, la antítesis del asombroso viaje que propone el dúo Slott-Allred y del propio espíritu de la serie. La Tabla de Estela vuelve también a ser clave para entender ese espíritu en estas tramas, al convertirse de manera clara en la tercera pata, el tercer pilar sobre el que se apoya Slott, incluso sin ningún tipo de diálogo.
Nada más terminar esa aventura y, de alguna forma, estableciendo también los límites de la propia historia, nos trasladamos a ese momento en el que Norrin y Dawn Fueron Demasiado Lejos, un relato muy ágil que sirve para afianzar aún más la relación entre ambos, justo antes del giro que supone el regreso de Galactus a la vida del surfista cósmico. Este regreso constituye uno de los grandes aciertos de Slott, gracias al tratamiento que el guionista norteamericano aplica. Imagino que para muchos la aparición del Devorador de Mundos se ha hecho de rogar, mientras que otros estarán más que hartos de este ser cuyos mejores tiempos ya han pasado. La creación de Stan Lee y Jack Kirby, pese a situarse en un plano central en muchos de los eventos cósmicos y no cósmicos de la última década, no ha logrado encontrar su hueco en un cada vez más super-poblado Universo Marvel, del que no han dejado de surgir amenazas cada vez más peligrosas e inmediatas.
Precisamente, por todo ello, es de agradecer que, en primer lugar, Slott se haya tomado su tiempo a la hora de devolverlo al reparto de la serie de su ex-Heraldo, un reparto de personajes en el que desde luego no debe faltar. En segundo lugar, el guionista ha ido presentando la situación al mismo tiempo que resolvía cada aventura, con diálogos en apariencia inofensivos pero que han resultado ser claves tanto en su aparición como para la relación entre Estela y Dawn. Por último, el escritor ha devuelto la sensación de que la entrada en juego de Galactus supone un hecho “más grande que la vida”, que conlleva una serie de sentimientos y situaciones que solo se pueden definir como de “pánico global”. Un miedo que debe ser consecuencia directa y natural de su aparición, como una especie de llamada al fin del mundo. En ese sentido también acierta Slott, pues en apenas unas páginas consigue empatizar con los habitantes de este nuevo mundo, los supervivientes, el rastro dejado por Galactus y sus heraldos, que constituyen el centro de este arco argumental y cuyo drama no podemos obviar ningún lector, pues en cierta forma también conecta con acontecimientos recientes que vivimos en nuestro propio mundo, en el que cientos de personas se ven obligadas a desplazarse de forma obligatoria de su lugar de origen por culpa de las miserias de las catástrofes provocadas por la naturaleza o por el hombre.
Nada de todo esto sería posible sin Michael Allred. Si bien es cierto que las tramas de la colección se alejan un poco de lo surrealista y la locura de sus inicios o de su FF, llevando a los personajes por terrenos más reconocibles del universo de ficción de la Casa de las Ideas, Allred continúa en su línea, con estilo que además captura a la perfección la imagen clásica del personaje, utilizando por ejemplo recursos como esas fantásticas splash-pages que combinan la correcta narrativa con el espectáculo (el clímax de la batalla con Galactus y la reacción de los habitantes de Newhaven). La expresividad de los personajes, incluso de los extraños e inigualables extraterrestres que hace aparecer y desaparecer en cada página, es también digna de alabar. Hace unos días se anunció que, por suerte para todos, este magnífico equipo creativo continuará tras las agotadoras, pero necesarias, Secret Wars. Y nosotros nos alegramos. Mucho. Series así son más que necesarias para recordar que solo hay que abrir las páginas de un cómic para llegar al otro lado del universo y realizar un viaje por la imaginación y la diversión.
|
|
|