Guardianes 3000 #1: Una y Otra Vez Reseteos temporales, bucles editoriales
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Creados originalmente por Arnold Drake y Gene Colan a finales de los años 60, los Guardianes de la Galaxia constituyen un interesante y extraño concepto situado en un lugar intermedio entre la space opera y los superhéroes. Con una irregular trayectoria plagada de largas etapas en el limbo editorial, recientemente el concepto fue reformulado y actualizado por Dan Abnett y Andy Lanning en una nueva formación cuyo éxito ha dado pie a varias cabeceras paralelas e incluso una adaptación al cine. Precisamente esa popularidad –y las posibilidades comerciales derivadas de la misma- es lo que ha llevado a Marvel a recuperar la versión original del grupo. Una mezcla de pasado y presente editorial que, de manera harto curiosa, también tiene lugar a nivel argumental.
Abnett –firmando ahora en solitario- vuelve a las raíces del grupo original, mostrando a sus integrantes –Vance Astro, Martinex, Yondu, Charlie-27, Halcón Estelar- como un grupo de luchadores del año 3015 haciendo frente a la invasión del sistema solar por la raza alienígena conocida como la Hermandad Badoon. El rescate de una prisionera humana llamada Geena Drake supone el arranque de una trama donde los guardianes descubren que están atrapados en un inexplicable bucle temporal que hace que el desastroso futuro se repita una y otra vez con distintas formas pero idéntico resultado nefasto. Al más puro estilo de la reciente Al Filo del Mañana (2014), la trama combina continuas y muy intensas secuencias de acción con enrevesados giros argumentales y paradojas temporales que solo la joven Drake parece capaz de percibir.
Los ocho números incluidos en el presente tomo pueden dividirse claramente en dos partes bien diferenciadas. Una distinción reforzada por el uso de dos dibujantes de estilos notoriamente dispares para cada una. La primera mitad corre a cargo del mexicano Gerardo Sandoval, con un estilo de dibujo muy en la línea de su compatriota Humberto Ramos. Sandoval proporciona una estética impactante con reminiscencias al dibujo animado que potencia el ritmo trepidante buscado por Abnett. Desgraciadamente flaquea en aspectos como la desproporción de los personajes (aunque la fisiología no humana de algunos se presta a ello), su escasa expresividad o la parquedad de sus fondos. Los tres números finales -ambientados en el presente y mostrando el encuentro entre los guardianes originales del futuro y su nueva versión del presente- están ilustrados por Nico Leon, dibujante de estilo más convencional pero mucho más eficaz narrativamente. Algo que el guionista aprovecha para elaborar una narrativa más distendida y llena de gags humorísticos a cargo de personajes como Starlord y Mapache Cohete.
Plagada de guiños a la historia pasada y presente tanto de los Guardianes como del resto del universo Marvel, Abnett demuestra su conocimiento de la trayectoria de los personajes incluyendo conceptos y referencias –el cambio de sexo aleatorio de Halcón Estelar; los Stark, la raza alienígena del futuro basada en la tecnología de Iron Man; el villano Korvac de la emblemática saga homónima de Los Vengadores- destinados al fan más veterano pero que posiblemente pasarán desapercibidos para el lector novato y/o no familiarizado con el grupo. La conclusión, que enlaza con las omnipresentes Secret Wars, deja de momento en suspenso los planes del escritor hasta después del citado crossover. De momento, habrá que conformarse con ocho entretenidas entregas que, incluso con sus limitaciones, demuestran por qué Abnett nunca debió ser sustituido como cronista de unos personajes a los que ha dado su mejor versión.
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