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Batgirl: La Chica Murciélago de Burnside Las nuevas aventuras de Barbara Gordon
En su cuarto año de existencia, los títulos DC enmarcados en los (Ya no tan) Nuevos 52 se han dividido en dos grandes grupos: el primero, formado por aquellos personajes o autores que han encontrado el favor del público casi desde el inicio y continúan mes a mes sin visos de grandes cambios en el horizonte, como puedan ser La Liga de la Justicia de Geoff Johns, aunque se permita el lujo de cambiar de dibujante cada cierto tiempo, o el Batman de Snyder y Capullo, por citar algunos. El otro grupo reúne a aquellos títulos que por cualquier motivo, no han sabido hacerse con un grupo fiel de lectores que aseguren su permanencia en las librerías y, que si no ponen rápido remedio, terminarán cancelados.
Por suerte, la política de esta reciente etapa editorial, y en el fondo, de la idea que surgía al finalizar Flashpoint, es que aquí cabe cualquier interpretación de los personajes y que sólo se trata de contar buenas historias, y no de si tal personaje antes era de color, estaba paralítico o se ha cambiado ligeramente su origen. Solo unos pocos puritanos se preocupan hoy en día de estos cambios mientras el resto nos dejamos llevar, intentando disfrutar de buenos cómics y grandes historias.
La primera etapa de Batgirl corrió a cargo de Gail Simone que, de algún modo, conseguía respetar lo acontecido en La Broma Asesina, para rescatar a la traumatizada y paralítica hija del comisario Gordon, y conseguir que volviera a vestir el manto del murciélago. A pesar del buen hacer de Simone y de los artistas que se unieron a la colección, el paso de los años nos dejó algunas historias muy entretenidas pero algo insustanciales, que pedían a gritos un nuevo enfoque.
Ahora, Cameron Stewart se ha unido a Brenden Fletcher para traernos una fresca y muy lograda aproximación al personaje, incluido un cambio de ciudad, nuevos personajes secundarios y conseguir, en palabras de la propia Bárbara: “salir de la oscuridad en la que se encontraba”. En un ambiente constante de fiestas, campus universitarios, redes sociales y nuevas aplicaciones para móvil es donde mejor se mueve Batgirl, ya sea tratando de desacreditar una empresa dedicada a extorsionar a los jóvenes con comprometidas fotos o enfrentándose a nuevas amenazas mientras intenta mantener a salvo su identidad secreta y echarse novio.
El verdadero descubrimiento de la serie es Babs Tarr, que a medio camino entre la estética manga, los cómics de Scott Pilgrim y el estilo de Cliff Chiang, ha dado una estética inimitable y colorida a la serie, creando una instantánea legión de seguidores y consiguiendo una nominación reciente a los Eisner. Pensada como reclamo para lectores jóvenes, algo que no todas las editoriales tienen en cuenta, es el cómic perfecto para regalar a algún adolescente aburrido de juegos del hambre o corredores de laberinto, o para cualquiera que sepa apreciar una buena y divertida historia sin mayores complicaciones.
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