Star Wars: Lando La dura vida del ladrón estelar
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No hay duda que Marvel tiene clara la importancia de la franquicia Star Wars dentro de su futuro editorial. La trascendencia de la saga fílmica creada en 1977 por George Lucas no ha dejado de crecer desde el estreno del lejano Episodio IV y la llegada de la nueva entrega de franquicia de manos de J.J. Abrams esta semana asegura la explosión definitiva del apetito por todo lo relacionado con esta Guerra de las Galaxias.
Por este motivo, cuando Disney decidió que los cómics futuros de SW serían controlados en su totalidad por su también filial Marvel, los poderes fácticos decidieron que iban a apostar por los principales creadores de la industria para asegurar el éxito de las propuestas en el abultadísimo panorama editorial actual.
De esta manera, y a la espera de la llegada de Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza, los mandamases de la Casa de las Ideas decidieron que su primera oleada de títulos se desarrollará entre la anteriormente mencionada Una Nueva Esperanza y El Imperio Contraataca, movimiento nada extraño si se querían evitar spoilers y filtraciones de la película de futuro estreno.
Los títulos escogidos fueron Star Wars –con Jason Aaron, John Cassaday y Stuart Immonen brillando con luz propia en la recuperación de fan favorites como Han Solo, Luke Skywalker, Leia o Chewbacca-, Darth Vader –una mirada a la trágica figura del insondable villano de mano de Kieron Gillen y nuestro compatriota Salvador Larroca- y Princesa Leia, serie limitada de Mark Waid y Terry Dodson que daba el pistoletazo de salida al plan marveliano de dedicar títulos de duración finita a la práctica totalidad de integrantes del cast de la saga. ¡Eh!, si puedes hacer unos cuantos millones de dólares más dedicándole un número al trompetista de la Cantina de Mos Eisley, ¿quién somos nosotros para poner esa decisión en duda?
El retorno del dueño original del Halcón Milenario
Por supuesto, otro de los personajes que debieron aparecer rápidamente en las listas de todos los implicados fue Lando Calrissian (sí, lo sabemos… Boba Fett debería estar el primero en todas las apuestas pero aún no tenemos título para el popular cazarrecompensas), personaje con pasado en común con Han Solo y algunos problemas de lealtad debido a su pasado delictivo que fue interpretado en las películas originales por Billy Dee Williams.
Charles Soule, uno de los guionistas más atareados y exitosos de la nueva Marvel con títulos como Secret Wars: Civil War, Inhumano o Secret Wars: El Ascenso de Attilan, compone una historia de robos imposibles, traiciones inesperadas y acción al límite que no deja ni un segundo de respiro al lector.
Tras un acuerdo con un jefe criminal que no ha salido todo lo bien que se esperaba, Lando recibe información para llevar a cabo un golpe definitivo que dará por saldada cualquier deuda existente. El objetivo es una valiosa nave imperial de lujo que se encuentra repostando en una base espacial del Imperio. Además, podrán dividirse el valioso botín de obras de arte, metales preciosos y demás riquezas que encuentren en su interior sin dar cuentas a nadie.
Así que, tras agenciarse la ayuda de su antiguo amigo LOBOT, un par de guerreros clonados alienígenas llamados Aleksin y Pavol y Sava Korin Pers, experta en antigüedades de Ugnaught, Calrissian lleva a cabo el robo con éxito y consigue escapar de varios Destructores Imperiales que los persiguen.
¿El problema? Que el propietario original del navío es alguien con un poder imparable y no está dispuesto a que su adorada posesión le sea arrebatada bajo ningún concepto. A partir de este momento, Lando y sus compañeros se verán inmersos en una persecución implacable que les llevará a entrar en contacto con algunos extraños objetos con conexiones a los Sith –incluido un familiar sable láser de doble hoja que reconocerán instantáneamente todos los aficionados a la saga- y les hará contraer deudas que podrían perseguirles el resto de sus días.
El magnífico arte de Alex Maleev ofrece a la serie un agradable tono noir perfecto para esta historia de hurtos siderales, botines ocultos y decisiones dudosas. Un cómic perfecto para todos los aficionados al universo Star Wars en particular y la ciencia ficción en general.
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