Hellblazer: Paul Jenkins #1 Postales de magia, melancolía y horror
Hellblazer: Paul Jenkins #1 USA - 2015 Guionista:Paul Jenkins Dibujante:Al Davison, Sean Phillips
Editorial:ECC Ediciones -
480 páginas - color
Precio:40,00€
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ECC es muy consciente de la importancia que una colección como Hellblazer ha tenido en la evolución del cómic adulto y, por esa razón, está dedicándole una de las más cuidadas e imprescindible ediciones que podemos encontrar en la oferta nacional actual. El impresionante plantel de escritores y artistas que han aportado su grano de arena al incomparablemente salvaje John Constantine reúne a algunos de los mejores artistas del medio y había llegado el momento de crear una edición definitiva que hiciera justicia a este indispensable título.
De esta manera, tras recuperar las brillantes y diferenciadas etapas de Garth Ennis, Warren Ellis o Brian Azzarello –y a la espera de la llegada de los episodios de Jamie Delano que dieron el pistoletazo de salida a la etapa en solitario de nuestro bastardo favorito-, ha llegado la hora de perdernos en el imaginario de Paul Jenkins que originariamente supuso el relevo de Ennis en la serie y que nos presentaba una mirada muy distinta al tramposo mago urbano.
Cerrando heridas anteriores y abriendo nuevos caminos mágicos
La marcha de Ennis del que era uno de los títulos fundamentales de la línea Vertigo tras una etapa premiada y adorada por crítica y público, ponía a DC en un serio aprieto a la hora de encontrar un sustituto. Para terminar de caldear el ambiente, los elegidos serían un escritor sin experiencia previa en la realización de guiones y un joven dibujante proveniente de esa cantera artística británica que es el magazine 2000AD.
Tras una breve estancia de Eddie Campbell como autor completo en una saga de cuatro números, Paul Jenkins se estrenaba en el título con una saga que arrancaba a Constantine de su Inglaterra natal para sumergirlo de lleno en la mitología australiana y que serviría además, de declaración de intenciones para el período del guionista al frente del destino de nuestro protagonista.
Jenkins parecía querer transitar por nuevos dominios mágicos en sus historias y, aunque será mucho más evidente en el segundo tomo que ECC dedicará al autor, arrinconar un poco la imaginería judeocristiana de ángeles, demontres, almas condenadas y posesiones demoníacas en favor de historias ancladas en el folklore mágico y las leyendas urbanas y culturales británicas.
Para alcanzar esta meta, el guionista optó por introducir toda un nuevo reparto de secundarios que se convertirían en los acompañantes –a veces voluntariamente, otras de manera obligatoria y desafortunada- del embaucador mago en su nueva andadura. Personajes como Rich, amigo de los años punk de nuestro protagonista, y su familia, el eternamente virgen Straff, el aciagamente resolutivo Muppet o el enorme médium Weeble se convierten en excelentes adiciones a la colección que, debido a su proximidad al imán de desgracias sobrenaturales que es Constantine, verán sus vidas sacudidas por siniestros infortunios.
De esta manera, el escritor opta por presentarnos a nuestro protagonista bajo una luz más intimista y menos agresiva que la de anteriores guionistas, sin olvidar en ningún momento esos flashes de crítica social y brochazos de sátira urbana que han ido siempre firmemente entroncados en el alma de esta colección.
El guionista sumerge a Constantine en la Inglaterra mágica con la inclusión en sus tramas de leyendas como de la ciudad de Abaton –urbe mágica de ubicación cambiante donde moran seres primigenios, dioses olvidados y personajes mitológicos-, lo expone a la historia perdida de Gran Bretaña o nos propone viajes al pasado del clan familiar como el planteado en Un Pedazo de Cielo, notable y curiosa revisión de la gestación del poema Kubla Khan de Samuel Taylor Coleridge con ángeles, operaciones de marketing divino y engaños en la mezcla.
Nuevos planes de viejos enemigos
Por supuesto, la riquísima galería de secundarios de este título no podía quedar en el olvido y Jenkins lo tiene claro desde un principio. Una cosa es querer ofrecer nuevas visiones del infausto mundo en el que se mueve nuestro protagonista y otra no sacar provecho de excepcionales creaciones como el Primero de los Caídos, Astra o la súcubo Ellie.
Se mueve el escritor entre dos aguas perfectamente diferenciadas en estos primeros episodios. Por un lado, su interés por conseguir una versión innovadora y única de nuestro bastardo favorito y, por otra, su necesidad de sumergirnos en el convulso pasado de Constantine, un personaje anclado a sus funestas decisiones anteriores y con muchos pecados por los que pagar.
Podemos decir sin equivocarnos que sagas como Masa Crítica o Comienzos Difíciles nos trasladan de manera directa a las etapas de Delano o Ennis y aportan nuevas profundidades a esa culpa eterna que mueve a Constantine. Pero es, sin duda alguna, Los Pecados del Padre –historia autoconclusiva publicada para celebrar el primer centenar de números de la colección- la joya de la corona de este viaje por el pasado del mago de Liverpool. Con una aparición memorable del Primero de los Caídos, nuestro protagonista se enfrentará a algunas horribles revelaciones acerca de su infancia y los secretos guardados por su difunto progenitor.
Los dibujos de Sean Phillips se convierten en otro de los atractivos de la colección ya que, aunque aún está lejos de la maestría desarrollada en sus múltiples proyectos con Ed Brubaker, sus lápices consiguen evocar esa sensación de furtiva magia y profundas ensoñaciones que Jenkins parece querer entregarnos con sus guiones.
Otro éxito de ECC en una de sus más necesarias y ansiadas ediciones que nos ofrece una nueva mirada a uno de los más importantes personajes nacidos dentro del cómic adulto.
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