100% Marvel - Daredevil: El hombre sin miedo #8 - La Autobiografía de Matt Murdock

Genialidad creativa

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Dicen que todo lo bueno se acaba, pero cuando se trata de etapas tan redondas como la que ahora finaliza Mark Waid, no cabe entristecernos sino pensar en cuando va a ser la próxima vez que releeremos la etapa al completo. Y es que Waid forma ya parte de ese pequeño grupo de autores que han hecho suyo al personaje: Frank Miller, Ann Nocenti o Brian Michael Bendis están en esa selecta lista que ha conseguido revitalizar una historia que a muchos puede parecer gastada, pero a la que aún le queda mucho por contar.


Su perspectiva huía deliberadamente de la oscuridad que siempre ha caracterizado al Diablo Guardián y lo rodeaba de luz, de nuevos personajes secundarios y de tramas que se desarrollaban casi sin darnos cuenta a lo largo de los más de 50 números de que se compone esta etapa. La enfermedad de Foggy, su reciente “mudanza” a San Francisco aprovechando la renumeración editorial, su nuevo interés romántico -un gran personaje al que aún le queda mucho que contar- son sólo algunas de las tramas más celebradas de estas entregas que ahora finalizan.


Los primeros dos números del tomo bastan para confirmar el buen hacer de la pareja de autores. Una pequeña historia sobre un especialista que se ha visto desplazado por una versión más joven y temeraria de sus acrobacias es el ejemplo perfecto de las historias de Waid y Samnee en esta etapa. Por un lado, la parte legal de la trama, que nos hace recordar que Matt Murdock, a pesar de su carrera superheróica, no deja de ser un abogado en ejercicio, algo que desafortunadamente muchos autores pasan por alto, cuando esta vertiente de las historias a menudo las enriquece. Por otro, las pequeñas subtramas que van avanzando, como la escritura de la biografía de Murdock o la aparición de Mortaja, un personaje con el que aún no tenemos muy claro si se trata de un aliado o un enemigo. Por último, redondeando el conjunto, el espectacular arte de Samnee, que en este caso llega a su máxima expresión a la hora de plasmar la persecución en moto que tiene lugar, y es que Samnee tiene tal precisión al narrar que bien podría prescindirse de la mayoría de textos de apoyo o diálogos.


Muchas son las tramas a cerrar antes de la despedida, pero Waid lo tiene todo bien calculado y las va cerrando con calma, junto con alguna sorpresa, como la aparición de uno de los más populares enemigos del abogado ciego, que regresa justo a tiempo para ofrecer a nuestro protagonista un trato imposible para salvar a los suyos, aunque eso signifique la muerte de Matt Murdock. Por el camino, tiene tiempo de diseñar una nueva imagen para el héroe ciego, ideal ahora que su identidad ya no es secreta, y de introducir en el conjunto a la hija del Búho, un nuevo e interesante personaje.

Una inolvidable etapa que ahora será continuada por Charles Soulee y Ron Garney y de la que esperamos grandes cosas, dada la trayectoria legal del autor. Y no nos olvidaremos de Waid y Samnee, ya que el tándem de autores ha confirmado que van a hacerse cargo de las nuevas aventuras de la Viuda Negra. Dos estupendas noticias para los amantes del buen cómic, como la publicación de este octavo y último tomo que pone punto y final a este bloque de las aventuras de Daredevil.