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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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"¿Tú te crees toda esa mierda que estás vomitando?" Ojo de Halcón a Norman Osborn / Vengadores Oscuros #8
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Usagi Yojimbo: Samurái furry

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 10/02/2016

La publicación de Senso, la nueva entrega de la saga Usagi Yojimbo, resulta especial por varios motivos. En primer lugar supone el regreso de la serie tras un parón de casi tres años debido a una serie de desgracias familiares que han mantenido a su creador, Stan Sakai, lejos de la mesa de dibujo. En segundo lugar es la aventura con la que el personaje celebra su 30º aniversario. Y por último, su peculiar premisa –un sorprendente homenaje/versión de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells- supone un inesperado giro en la trayectoria del personaje, serie y autor que protagonizan esta Atalaya.


Nacido en Japón pero criado en EE.UU., Sakai comenzó su carrera en el cómic colaborando como rotulista de Groo el Errante. La creación de Sergio Aragonés le inspiraría a crear un título propio que abordase de forma similar el género de acción y aventuras. El resultado fue The Adventures of Nilson Groundthumper and Hermy, cómic de aventuras medievales protagonizado por animales antropomórficos. Esta obra le llevaría a colaborar con Albedo Anthropomorphics -antología del género furry- donde Sakai crearía un personaje que se convertiría en el epicentro de su carrera.


Inspirándose en la figura histórica del samurái Miyamoto Musashi, Sakai creó al personaje de Miyamoto Usagi, un conejo samurái -“Usagi”: “conejo” en japonés- caído en desgracia tras la muerte de su señor Lord Mifune a manos del traidor Lord Hijiki (uno de los pocas personajes humanos de la serie). Convertido en un ronin que ha perdido a su padre, su amada y su pueblo, Usagi vaga sin rumbo por el Japón del periodo Edo (siglos XVII-XIX), involucrándose en toda clase de aventuras mientras perfecciona el arte de la espada y aspira a poder recuperar su honor. El estilo furry invita al lector desprevenido a pensar en una parodia del género y/o una orientación infantil de la trama. Y aunque las historias no están exentas de momentos de humor, pronto queda claro que el enfoque de Sakai es completamente serio y lleno de momentos dramáticos.


Publicada en blanco y negro (si bien ocasionalmente ha conocido especiales a todo color), la serie goza de un detallado trabajo de documentación que reproduce las costumbres, estética, objetos y demás detalles de la época. A esto se une un interesante desarrollo dramático que, además del propio Usagi, alcanza a secundarios como el oso panda señor feudal Lord Noriyuki, su gata guardaespaldas Tomoe Ame, la zorra ladrona Kitsune, el rinoceronte cazarrecompensas Gennosuke, el lobo samurái Jei –frecuente némesis del protagonista-, el inspector Ishida o Jotaro, el hijo pequeño de Usagi con el que desarrolla una emotiva relación sin que este conozca el verdadero lazo que les une. Mención aparte merecen personajes como el cerdo invidente Zano-Ito o la cabra Yagi y su hijo Gorogoro (sosias respectivos de Zatoichi y el Lobo Solitario y su Cachorro) a quienes Sakai logra dotar de un interés que va más allá del simple guiño referencial a iconos de la cultura popular japonesa.


A pesar de tramas sujetas a cierta continuidad y progresión dramática, principalmente relacionadas con los juegos de poder entre señores feudales y con la familia del propio Usagi, Sakai procura dotar a cada arco argumental de una entidad propia que permite al lector disfrutarlo de forma independiente. Alternando historias de corte realista e histórico con otras más próximas al fantástico –demostrando un gran conocimiento de la mitología y el folclore nipón-, y combinando géneros como suspense, acción, terror e incluso ciencia ficción, Sakai ha sabido mantener intactos la calidad e interés de la serie a lo largo de sus más de tres décadas de existencia. Asimismo a nivel gráfico su trabajo ha ido ganando con el paso de los años en expresividad y fluidez narrativas dentro de un estilo sencillo, con reminiscencias al dibujo animado. Sakai también ha tenido tiempo para crear un spin-off de corte futurista llamado Space Usagi, ambientado en un futuro lejano y protagonizado por un descendiente del protagonista.


Publicada inicialmente por Fantagraphics Books –editorial señera del cómic alternativo estadounidense- y posteriormente por Mirage Studios –responsable de las archipopulares Tortugas Ninja-, a principio de los noventa la serie recalaría en Dark Horse, donde se consolidó y ha venido publicándose de forma regular hasta la actualidad. Pero, pese a su brevedad, merece la pena destacar la etapa en Mirage y la buena relación de Sakai con Kevin Eastman y Peter Laird. Y es que más allá de los previsibles crossovers, dicha relación propició la aparición de Usagi en productos relacionados con las archipopulares tortugas como series de animación, videojuegos e incluso su propio muñeco articulado. Apariciones que contribuyeron notablemente a reforzar la popularidad del conejo samurái y plantaron la semilla de la curiosidad entre muchos de sus futuros lectores. Publicada íntegramente en España de la mano de Planeta, el estreno de esta nueva entrega supone la oportunidad perfecta para descubrir una de las cabeceras más sólidas y refrescantes del cómic independiente de las últimas tres décadas.


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