Relatos Salvajes #1 - #5 Fantasía heroica y películas de Serie-B en el universo Marvel
Relatos Salvajes #1 - #5 USA - 2015 Guionista:Jason Aaron Dibujante:Mike del Mundo
Editorial:Panini Cómics -
-- páginas - color
Precio:1,95€/ud.
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Como hemos comentado en otros artículos, las nuevas Secret Wars han acabado con el universo Marvel tal y como lo conocíamos. El evento construido por Jonathan Hickman ha tenido desde el primer momento un objetivo “remodelador”, por más que desde la Casa de las Ideas se empeñen en no catalogarlo como un relanzamiento editorial. Para evitar repetirnos, vamos a comenzar todas nuestras entradas relacionadas con la macrohistoria, que Panini está publicando actualmente en nuestro país, con una especia de ANTERIORMENTE EN que resuma a los recién llegados la realidad en la que están a punto de sumergirse. Así que, sin más preámbulos…
El Multiverso ha sido destruido. Ahora, todo lo que queda es Mundo de Batalla. Un gigantesco mundo, compuesto por fragmentos de realidades que han dejado de existir, gobernado con mano de hierro por la voluntad de su Dios y Señor, Víctor Von Muerte. ¡Cada región es un dominio y las fronteras no deben cruzarse!
Jason Aaron se sumerge en la Marvel más olvidada
El mundo editorial no tiene piedad y obliga a todos a reinventarse cada cierto tiempo. Con las ofertas comiqueras creciendo con cada día que pasa y las nuevas fórmulas quemándose a ritmo imparable, es de vital importancia que se encuentren nuevos caminos y propuestas que consigan mantener a los lectores habituales y asegurar el futuro del medio con la incorporación de nuevos aficionados al sector. Por supuesto, este objetivo es bastante más complicado de lo que parece y las dos majors parecen últimamente empeñadas en refreír éxitos del pasado, resucitar personajes sin sentido alguno o lanzar interminables crossovers que acabarían con la paciencia del más santo de los lectores.
Pero, de vez en cuando y siempre acosados por las editoriales independientes que pujan por quedarse con una parcela en este competitivo mercado viñetil, los omnipotentes poderes fácticos de las grandes editoriales deciden lanzar algún título que intente trastocar las reglas del juego y que se permita un margen, por pequeño que sea, de experimentación en su fórmula argumental.
Pasemos al caso de Marvel en particular. No podemos olvidar que las épocas más mágicas e inolvidables de la Casa de las Ideas siempre han sido aquellas en las que se ha permitido la experimentación y la reformulación de los estándares establecidos en sus publicaciones.
Hablamos de la editorial que nos demostró que los héroes también podían tener una vida repleta de problemas económicos, afectivos y de naturaleza mundana acercándolos a nuestro nivel para que nos identificáramos plenamente con ellos. El hogar de personajes nacidos de la incorporación de las tendencias culturales imperantes en sus títulos con ejemplos como Puño de Hierro –allá por los años en los que ‘todo el mundo estaba haciendo kung-fu’-, el Doctor Extraño –con una mirada a las crecientes presencias del misticismo y el esoterismo en el imaginario colectivo allá por los 70- o el Caballero Luna.
Por supuesto, también bucearon en las bibliotecas de la literatura pulp y visitaron las sesiones cinematográficas matinales superpobladas por producciones de Serie-B, entregándonos en los 70 toda una galería de personajes con claras influencias de Robert E. Howard, la ciencia ficción más estrambótica y los monstruos de la Hammer.
El retorno al Reino Salvaje
Las Secret Wars han sido una nueva maniobra diseñada al milímetro para poder fagocitar el éxito de las sagas marvelianas más queridas por los lectores y vampirizar esa nostalgia que parece haberse convertido en la brújula que guía la mayoría de decisiones editoriales de las majors. Ya no es suficiente con recuperar una y otra vez –cada vez en ediciones más lujosas y caras, por supuesto- las historias del ‘glorioso’ pasado, sino que hemos llegado a una época en que los reboots, retellings y regurgings se solapan continuamente para asegurar que los lectores no tengan un momento de respiro y, en muchas ocasiones, de paz mental para analizar qué están comprando.
Sin embargo, de vez en cuando recuerdan esa necesidad de experimentar y ofrecen al lector una obra completamente inesperada y que, como en este caso, aúne el pasado y el futuro de la editorial en un relato repleto de apariciones insospechadas, sorpresas narrativas y maestría visual en cada una de sus viñetas. No es de extrañar que en estas tentativas normalmente tengamos a un personaje olvidado de la casa como protagonista, de manera que cualquier onda modificadora pueda ser interceptada antes de que afecte a las más conocidas propiedades de la editorial si el proyecto no saliera todo lo bien que se espera.
Jason Aaron es uno de esos guionista que gustan de bucear en las catacumbas de las editoriales con las que colabora para encontrar personajes, lugares y situaciones perdidas en la memoria de la viñeta y ofrecérselos al desprevenido lector en osadas propuestas. Por esa razón, el retorno de Arkón el Magnífico supone uno de los grandes hallazgos de estas nuevas Secret Wars ya que no solo supone un retorno a esos grandilocuentes relatos de fantasía heroica de Marvel antes citados, repletos de dragones voladores, rayos mágicos, seres de pesadilla y pomposos villanos con propensión a los interminables soliloquios, sino que sirve al guionista como pretexto para traer de vuelta a personajes nacidos de acuerdos con empresas jugueteras desaparecidas –en el caso de Arco de Guerra o Crystar, cuya historia queda perfectamente explicada en el artículo de Julián M. Clemente que acompaña al segundo número de la serie-, Skull el Ejecutor –un magnífico ejemplo de cómic de Serie-B nacido de manos del gran Marv Wolfman- o ese sentido de espectacularidad absoluta perdido entre tanta guerra civil, invasión secreta o asedio.
La historia de Arkón y su obstinada búsqueda de su desaparecida Polemacus nos adentra en uno de las más peligrosos territorios de Mundo Batalla, un lugar que cambia continuamente y que está poblado de seres olvidados pero implacablemente mortales. La determinación de nuestro protagonista le llevará a enfrentarse a los ejércitos de Morgana Le Fay, tiránica gobernante del Reino Salvaje que busca eliminar cualquier intento de sublevación y conquistar cualquier tierra a su alcance.
Pero si hay una razón por la que Reino Salvaje es una apuesta imprescindible es, sin duda alguna, el arte de Mike del Mundo. El apabullante ilustrador compone cada página como una obra de arte en sí misma, ofreciéndonos viñetas que serían el sueño de cualquier diseñador loco de mundos imposibles. La naturaleza cambiante y quimérica del lugar donde se desarrollan las aventuras de Arkón permite al dibujante reunir en sus composiciones a dragones, Hombres Cosa, ogros, simios hiperdesarrollados y ciudades en las nubes sin problema alguno y regalar al lector apabullantes splash pages en las que perderse durante minutos.
Además, la continuación del concepto presentado por Aaron y del Mundo en la nueva Marvel –aunque el guionista pasará los bártulos de escritura a Sam Humphries en la esa etapa y Arkón se tomará unas merecidas vacaciones en favor de una nueva protagonista adolescente llamada Becca-, ha dado al título una razón más para convertirse en una de las lecturas necesarias dentro de la futura Casa de las Ideas que, estamos seguros, conquistará a todos aquellos que busquen algo diferente entre la oferta marveliana.
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