Batman Inc.: La Estrella del Demonio

Batman y Damian se enfrentan a la amenaza de Leviathan

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La estancia de Grant Morrison como guionista de las aventuras del Hombre Murciélago queda para el recuerdo por su buen hacer como narrador, introduciendo tramas y subtramas, avanzando poco a poco en la gran historia que quería contar desde el principio, manteniendo constante la atención del lector mientras pasaba de Batman RIP a Batman y Robin, reinventando el título, o a Batman Inc. Ahora es el momento de asistir al final de la historia, que ECC ha tenido a bien reeditar en dos volúmenes en tapa dura, que completan así la edición completa de esta inmejorable etapa.


A punto de comenzar su último año en la serie, Morrison se encontraba con un problema de difícil solución. La editorial se encontraba inmersa en el relanzamiento conocido como Los Nuevos 52, lo que se traducía en nuevos números 1 para todas las colecciones de DC y, al mismo tiempo, nuevas tramas, escenarios y hasta identidades detrás de la máscara para todos sus héroes. En resumen, todo se había reseteado para dar entrada a los nuevos lectores, y las tramas a medias y las grandes sagas que habían quedado interrumpidas no tenían cabida en el nuevo plan editorial. Por suerte, una oleada de cancelaciones hizo posible la llegada de nuevas series, y entre ellas, para sorpresa de todos, Batman Incorporated volvía a llegar a las librerías. La sorpresa sería aún mayor al comprobar que no se trataba de un nuevo enfoque del título, sino que la trama continuaba directamente desde la última grapa, dejando así vía libre al guionista para terminar lo que años antes había comenzado.


Resumiendo mucho la historia, el Hombre Murciélago ha decidido hacer global su lucha contra el crimen y reclutado diferentes encarnaciones suyas a lo largo del globo con dispares resultados. Además, Batman y Damian deben hacer frente a la organización criminal conocida como Leviathan, dirigida con mano firme por una figura femenina muy bien conocida por ambos.

Ahora es el momento del enfrentamiento final, aunque conociendo a Morrison, a nadie le extrañará que hagamos algunas paradas por el camino. Las más destacadas son las que dedica a recuperar a Cerillas Malone, un inclasificable alter ego de Bruce Wayne que hacía años que no se paseaba por las páginas, o la impagable entrada en escena de la Batvaca, tanto por el contraste entre el siempre nervioso Damian y la lógica estaticidad de su partenaire bovina, como por el lugar donde se desarrolla la acción: un matadero. Sólo a Morrison se le ocurriría introducir este tipo de escenas dentro de un cómic.


También encuentra el guionista un hueco para echar la vista hacia adelante y dejarnos otro vistazo de ese futuro casi demoniaco donde Damian ha asumido el manto del murciélago, y donde el caos y la desesperación se han adueñado de una Gotham postapocalíptica. Un magistral ejemplo del buen hacer del guionista, capaz de unir en tan sólo 22 páginas referencias a casi todas las etapas por las que ha hecho pasar al personaje en los últimos años, muerte y resurrección incluidos.

Del dibujo se encarga Chris Burnham, que debido al detalle y cuidado que pone en cada viñeta, cada vez se acerca más al estilo de Frank Quitely, cerrando así el círculo al haberse encargado éste de las primeras entregas de Batman y Robin, a las órdenes de un recién aterrizado Morrison. Sólo queda un tomo para poner punto y final a esta extensa saga y nadie debería perdérselo.