Starlight: El Regreso de Duke McQueen

Mark Millar se nos pone cósmico

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Está bien claro que si Mark Millar no hubiera encontrado el secreto del éxito comiquero, nadie podría hacerlo nunca. Cada nueva propuesta del autonombrado sello MillarWorld se convierte en un éxito automático, agota tirada tras tirada y pasa a reencarnarse en proyecto cinematográfico momentos después de su llegada al mercado. Así ha sido desde que el guionista descubrió que podía tener el control total de sus propuestas alejado de las majors con títulos como Kick-Ass, Kingsman: El Servicio Secreto o Wanted. Por si esto fuera poco, sus sagas realizadas para Marvel sirven de inspiración a la gran maquinaria cinemática de la editorial con Civil War o la futura tercera entrega de Lobezno –que se rumorea tomará su inspiración de la celebrada El Viejo Logan- como motores de las próximas películas superheroicas que arrasarán los mercados internacionales.


Poco nos queda que decir entonces de este autor escocés que sigue presentándonos títulos que, por mucho que pese a sus detractores, se confirman como best-sellers mundiales y ofrecen a los lectores todo aquello que desean: divertido escapismo, acción brutal y algunos de los diálogos con más mala leche a este lado de los salidos de la mente de Garth Ennis o Warren Ellis.

Es la hora de sumergirse en la literatura pulp

Como os comentábamos hace unas líneas, la amplia mayoría de obras nacidas bajo el paraguas de MillarWorld se ha agrupado en torno al género superheroico con algunas dignas excepciones que buceaban en variedades como el espionaje -la citada Kingsman-, los viajes en el tiempo –la más que recomendable Chrononauts- o el cómic bélico –en el que se circunscribe War Heroes.

Esta propensión a lanzar títulos arrancados de la norma establecida por el mercado actual y aventurarse en aguas inexploradas por algún tiempo han dado a Millar una inesperada recompensa: la seguridad de que sus lectores le seguirán allá donde quiera llevarlos, sin importar el tema, personajes o variedad comiquera que quiera explorar. Y eso, amigos míos, en la actualidad mediática que nos ha tocado vivir, es algo completamente inesperado y precioso.


Por esta razón, cuando el escritor anunció la miniserie que nos ocupa, nadie se extrañó de su elección y todos empezamos a contar los días hasta que la personal visión de Millar de los folletines fantásticos de los años 50, la imaginería de Flash Gordon y los seriales radiofónicos de ciencia ficción llegara a las librerías especializadas.

Un relato actual de ciencia ficción de virtuoso clasicismo estético

Resulta curioso centrarse en lo mucho que obras de relativa modernidad han vuelto su mirada hacia esa literatura pulp que supuso el origen real de muchos de los personajes y temáticas que han marcado indeleblemente la actualidad del mundo del cómic. Impresionantes ejemplos como el sello ABC orquestado por el maestro Alan Moore con La Liga de los Caballeros Extraordinarios o Tom Strong como motor principal, los continuos homenajes a la imaginería de esenciales escritores como H.G. Wells, Conan Doyle o Lovecraft nacidos de las páginas de la imprescindible 2000AD o la brutalmente bizarra y vital Planetary de Ellis han servido para situar de nuevo en primera fila esos relatos rezumantes de ciencia imposible, aberrantes inventos y distópicos futuros.


Millar nos presenta en esta historia a Duke McQueen, héroe espacial conocido por sus increíbles hazañas en la inmensidad del universo y salvador de Tantalus frente a la tiranía de su despiadado regente. ¿El problema? Que todo el cosmos puede tener claro que es un campeón pero, en la Tierra, todos le toman por un simple loco con delirios de grandeza.

Años de lucha contra la opinión de sus vecinos, la reciente pérdida del amor de su vida y la indiferencia de sus hijos han sumido a McQueen en una depresión de la que solo escapa gracias a los recuerdos de su amada y un pasado trufado de sensacionales y bombásticas aventuras. Sin embargo, el destino parece reacio a dejar que se pierda en las nieblas del tiempo y le tiene reservada una nueva aventura que asegure su retorno a la gloria cósmica.


Los dibujos de un Goran Parlov en estado de gracia confieren a este tomo un aire europeo perfecto para una historia como la que nos ocupa. La espectacularidad de los escenarios ideados por Millar estallan ante nuestros ojos gracias al trabajo de Parlov que rinde un personal homenaje a clásicos del género como Moebius o Juan Giménez, consiguiendo planchas que nos transportan a un mundo alienígenamente bello capaz de sorprendernos a cada nueva mirada.

Un nuevo éxito de Mark Millar que Panini nos presenta dentro de su línea de tomos de lujo y que nos demuestra una vez más porque este guionista sigue acumulando éxito tras éxito.