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Superman: El Hombre de Acero - Desencadenado Comic Digital

critica

Savage Dragon #2

Continúa la recopilación de esta genial serie

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"Entender siempre es peor. No entender significa nunca llevar la carga de la responsabilidad. Entender es sufrir." Thor vol. 4 #7
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Superman: El Hombre de Acero - Desencadenado

Scott Snyder y Jim Lee se unen en esta impactante aventura

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 22/04/2016

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Dejadme empezar esta crítica dejando claro que no seré muy objetivo en algunos aspectos de la misma. Cualquier cómic que tenga la fortuna de contar con los lápices del inigualable dibujante Jim Lee se convertirá automáticamente en una de las citas ineludibles del noveno arte para el que esto subscribe. Ayuda a esa decisión el hecho de haber visto evolucionar el apabullantemente espectacular arte de Lee desde aquellos ya lejanos días en los que tomó al asalto la industria con su trabajo en El Castigador, La Patrulla-X y la megaexitosa X-Men.


Su capacidad para narrar acompañada de un sublime conocimiento de la acción lo convirtieron en uno de los más importantes creadores de la industria y su indudable amor por el noveno arte impregnó sus posteriores trabajos ya fuera en sus colecciones creadas para Image Comics (WildC.A.T.S., Stormwatch o Deathblow), ayudando a crear propuestas revolucionarias como Planetary, The Authority o La Liga de los Caballeros Extraordinarios en su sello Wildstorm o redefiniendo a los iconos DC en títulos tan ineludibles como Batman - Silencio, Superman - Por el Mañana o la incomprendidamente brillante –o brillantemente incomprendida, que aún no lo he decidido- All-Star Batman & Robin.


Scott Snyder: De las oscuras calles de Gotham al brillante Metrópolis


Scott Snyder es un magnífico guionista que se curtió en la cantera Vertigo con un título que ha servido para mantener al otrora estandarte del cómic adulto a flote en estos últimos años. Por supuesto, la colección a la que nos referimos no es otra que American Vampire, una suerte de reinvención de los originales mitos vampíricos que se ha convertido en uno de los referentes comiqueros de la última decada gracias a su unión de reinterpretación de los hitos de la historia americana, relato de terror puro e innovaciones a la trillada galería de chupasangres.

La popularidad y éxito crítico del título dibujado por Rafael Albuquerque permitió al guionista el salto a otras franquicias DC como La Cosa del Pantano –en una recomendable etapa magníficamente entroncada con el Animal Man de Jeff Lemire- y, por supuesto, Batman. Sería esta colección la que situaría definitivamente al escritor en el Olimpo de los guionistas de la editorial y le permitiría convertirse en hot writer con capacidad para elegir sus futuras propuestas. Su trabajo al frente de los destinos gothamitas, refulgentemente ilustrados por el espectacular Greg Capullo, nos ha regalado infinidad de momentos icónicos y han convertido esta fase del personaje en una delicia para los aficionados gracias a los inesperados giros de guión, cliffhangers y desarrollo de personajes que Snyder ha instaurado como marca de la casa.


La unión hace la fuerza


Si por un lado tenemos a uno de los más candentes escritores de la editorial y por otro a uno de los más espectaculares lápices de la industria actual, no es de extrañar que la idea de unir ambos destinos fuera un objetivo claro en las oficinas de los gerifaltes DC. Al fin y al cabo, Lee había demostrado ser una apuesta segura a la hora de acercarse a los iconos de la editorial y los lectores siempre estaban ansiosos por devorar sus bombásticas composiciones.

Sin embargo, aún quedaba una pregunta por responder: ¿conseguiría un guionista con una imaginería tan siniestra y una predilección clara por las sombras adaptarse a un universo luminoso y esplendente como el del Hombre de Acero y la refulgente Metrópolis?


Afortunadamente para los lectores la respuesta es un sonoro y espectacular sí que, además, consigue llevar a Superman al terreno de Snyder e integrar en el guión algunos aspectos morales que se convierten en el motor principal de la trama. Cuando una serie de satélites se precipitan a la Tierra simultáneamente y sin explicación aparente, nuestro protagonista deberá embarcarse en una misión de salvamento para evitar que las naves causen una horrible destrucción. La misteriosa intervención de un ser que parece rivalizar en poder con el último hijo de Krypton le llevará a descubrir la realidad tras La Máquina, un complejo militar americano construido gracias a la colaboración de una raza alienígena que ha desarrollado un poder destructivo inigualable, cambiado el curso de la historia mundial y convertido en el hogar de un ente con un poder capaz de devastar todo aquello que conocemos.


Además, una organización terrorista conocida como Ascensión está organizando atentados que buscan llevar a la humanidad a los niveles tecnológicos del pasado y se convertirá en una implacable amenaza que solo podrá parar la inestable alianza entre nuestro protagonista y el amenazante extraterrestre a las órdenes de La Máquina.

El salvajismo y espectacularidad de las páginas de Lee nos sumerge por completo en este vibrante relato que va desvelando ante nosotros acertadas versiones de personajes como Jimmy Olsen, Lex Luthor –convertido aquí en una amenaza digna de Superman y alejada de las más histriónicas interpretaciones del villano (…y no estoy mirando a nadie, Jesse Eisenberg y Zack Snyder…)- o Lois Lane –que en manos del guionista demuestra tener más recursos que cualquiera de sus compañeros masculinos.


Snyder reserva apariciones especiales para los pesos pesados de la casa como Wonder Woman y, no podía ser de otra manera, Batman perfectamente entroncadas en la narración principal que permiten al lector asistir a una nueva vuelta de tuerca en la tumultuosa relación superheroica de estos personajes.

En resumen, un tomo que hará las delicias de los aficionados al Hombre de Acero y que nos devuelve a un Superman tridimensional que no tiene que renunciar a sus valores morales y heroicos para resultar único e icónico.


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