Hellblazer: Paul Jenkins #2 Concluye la etapa más melancólica de John Constantine
Hellblazer: Paul Jenkins #2 USA - 2016 Guionista:Paul Jenkins Dibujante:Sean Phillips, Warren Pleece
Editorial:ECC Ediciones -
592 páginas - color
Precio:45,00€
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Como comentábamos en nuestra crítica al primer volumen de la recopilación que ECC ha dedicado a la etapa de Paul Jenkins al frente de Hellblazer, los episodios creados por este guionista británico para la serie supusieron la irrupción en escena de un John Constantine más reflexivo y melancólico, con una predisposición a la introspección y el intimismo que arrancaba al personaje de su zona de confort y nos ofrecía una visión inédita de este bastardo investigador de lo oculto.
La llegada de Jenkins al título decano del sello Vertigo trajo consigo las sospechas y las incertidumbres de todos los aficionados que habían seguido sus hazañas y desgracias según las plumas de su creador Alan Moore y los sarcásticamente cáusticos Jamie Delano y Garth Ennis, siendo este último el que había lanzado el título a sus más altas cotas de éxito gracias a su unión perfecta de terror, socarronería y salvajismo puro.
Sin embargo, el nuevo guionista dejó claro desde el primer momento que, a pesar de ser un inexperto en la escritura de guiones hasta entonces, sus inquietudes e ideas podían ofrecer mucho al futuro de Constantine. Quizás como válvula de escape o salvaguarda de seguridad, el guionista decidió alejarse de las mitologías imperantes en la colección hasta el momento y adentrarse en terrenos inexplorados. De esta manera, Jenkins cerró en sus comienzos algunas tramas con personajes heredados de Delano y Ennis para penetrar en la tierra de las fábulas, las leyendas artúricas y la fantasía.
Un inglés en la corte del Rey Arturo
En manos del guionista, Hellblazer mutó de manera que pudiera encontrar su nuevo camino alejado de los thrillers horropolíticos de Delano y los urbanos terrores cargados de feroz ironía de Ennis. Y vaya si lo hizo…
Jenkins sumergió a Constantine en una trama recurrente que lo puso en contacto con las criaturas del místico reino de Abaton y lo hizo una de las piezas fundamentales de una historia en la que el heredero del linaje del Rey Arturo se convertía en la diana de horribles fuerzas milenarias que buscaban el control sobre la vida en la Tierra. Una saga repleta de momentos brillantes que nos devuelve una vez más ese aspecto egoísta y calculador de nuestro protagonista, al tiempo que nos entrega inesperados momentos introspectivos e íntimos que nos obligan a mirar a Constantine bajo un nuevo e imprevisto prisma.
Tras cerrar la que sería su saga más ambiciosa, Jenkins decidió dar unos números de respiro a su protagonista con algunas entregas dedicadas a ese realismo mágico en el que se mueve nuestro investigador. Si bien es cierto que son historias menores, no podemos negar su interés a la hora de definir la visión de Jenkins de su estrella principal y de ofrecernos originales e contenidos instantes en la atribulada vida de Constantine.
Un momento de tranquilidad antes del que todo se reduzca a cenizas
Mención especial merece el número 120 de la colección que marcaba el décimo aniversario de la serie y se convertía en un recorrido filmado… digo… creado en modo subjetivo por la vida del investigador. Por sus páginas pasaban los guionistas –con una antológica aparición de Alan Moor… o sea, el Guionista original… ya no sé cuando puedo escribir Alan Moore y cuando no, maldita sea-, los personajes y las situaciones que habían ayudado a Hellblazer a convertirse en una de las colecciones más necesarias y revolucionarias de la historia del cómic. Toda una delicia que no hacía sino confirmar el buen hacer de Jenkins y, por supuesto, el dibujante Sean Phillips.
Tras esta memorable entrega, el guionista volvía a la mitología previa del título en una saga que le serviría para despedirse de la colección y dejar la casa limpia para el escritor que vendría a continuación. Las historias A Contracorriente y Cómo Jugar con Fuego daban la bienvenida al dibujante Warren Pleece y nos devolvían las maquinaciones del Primero de los Caídos y la súcubo Chantinelle en su afán por vengarse de un abatido Constantine. Una despedida por todo lo alto que nos ofrecía un último vistazo al rico elenco de secundarios creado por Jenkins y que presentaba uno de los momentos álgidos de la estancia del guionista en el título en forma de tensa conversación entre nuestro protagonista y el mismísimo Dios.
El volumen se completa con la inclusión de la miniserie Hellblazer/Los Libros de la Magia que vuelve a reunir a nuestro bastardo con el joven Tim Hunter y un relato corto incluido en la antología Vertigo: Al Filo del Invierno.
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