Marvel Gold - Longshot

Aventuras ochenteras marvelianas

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Panini ha demostrado en muchas ocasiones que tiene al lector como prioridad y lo deja claro cada vez que decide sumergirse en el interminable catálogo editorial de Marvel y rescatar un producto descatalogado, que ahora pasa a denominarse clásico por el simple paso de los años. Su línea Marvel Gold está llena de buenas propuestas, de series y especiales que han supuesto un antes y un después para personajes y autores y que los recién llegados y aquellos que tratan de llenar los huecos en sus bibliotecas reciben con los brazos abiertos. Pero como hemos advertido más de una vez desde esta página, la nostalgia es una peligrosa arma en manos del lector compulsivo, que decide llevarse a casa la enésima reedición de un producto que recuerda disfrutó en su época, sólo para descubrir que no ha sabido envejecer bien con la consiguiente desilusión asociada. Por suerte, la miniserie dedicada a Longshot reúne todos los requisitos para ser disfrutada hoy con la misma intensidad de antaño, y es que la miniserie que ahora recupera Panini repleta de extras es una verdadera delicia para los fans de todas las edades.


La historia comienza con un desmemoriado Longshot que escapa de sus perseguidores al tiempo que trata de averiguar que hace en la tierra, por qué quieren matarle o cual es su verdadera identidad. A lo largo de las páginas de la serie, le acompañaremos mientras hace de héroe involuntario, prueba suerte en el mundo del cine o conoce al despiadado Mojo. Especialmente divertida resulta su estancia en el mundo del espectáculo, acompañado de la genial Rita Carambola, donde la autora añade a la historia mil y un guiños al séptimo arte. También tendrá tiempo nuestro amnésico héroe de conocer a Hulka, Spiderman o al Doctor Extraño y es que, aunque estábamos en los años 80, nunca ha venido mal un poco de publicidad extra a la editorial.


La buena fortuna del personaje, a la que debe su nombre, le hará ir saltando de un sitio a otro, ayudando a todos los que se cruzan en su camino y demostrando a cada paso que su amnesia le ha convertido en un héroe noble y bonachón, más preocupado por la integridad de los demás que por la suya propia. Aunque se trata de uno de los primeros trabajos de Ann Nocenti como guionista, y es obvio que la obra no es perfecta, se nota el cariño puesto por lo autora y, sobre todo, el excelente trabajo realizado por un también primerizo Arthur Adams en el dibujo de la misma en el que invirtió casi dos años. Una nueva oportunidad de llevarse a casa esta simpática serie que se acompaña en esta edición de innumerables bocetos y páginas del dibujante, nueva prueba de su buen hacer, que nos hace preguntarnos por qué no se prodiga más en alguna de las colecciones actuales de la editorial.