Howard el Pato #1: Patochadas

Howard, plumífero privado

Howard el Pato #1: Patochadas USA - 2016
Guionista:Chip Zdarsky
Dibujante:Joe Quinones
Editorial:Panini Cómics - 128 páginas - color Precio:12,00€

PUNTUACION
3,5/5

Tweet

Artículos relacionados

Lo que el cine te da, el cine te lo quita. Prueba de la actual influencia de la Marvel cinematográfica en sus cómics, su fugaz cameo en la escena post-créditos de Guardianes de la Galaxia (2014) ha servido para que Howard el Pato vuelva a disfrutar de serie regular propia. Un efecto muy distinto al provocado treinta años atrás por su propia adaptación cinematográfica y que, en buena parte, fue responsable de un ostracismo del que el pato más famoso de Marvel solo ha podido salir ocasionalmente.

Coincidiendo con el auge de la llamada Marvel Hipster y su gusto por primar personajes menos conocidos en historias ligeras, la nueva serie de Howard a cargo de Chip Zdarsky y Joe Quiñones desprende un aroma más propio del cómic independiente que de un título Marvel al uso. Y aunque no alcanza en ningún momento la mala uva ni las puyas críticas con las que Steve Gerber caracterizó a su plumífera creación en los años setenta, el humor que Zdarsky logra imprimir a las desventuras de Howard no es para nada despreciable. Quejumbroso, hastiado de un mundo que no comprende –ni le comprende- y con una habilidad única para verse envuelto en toda clase de aprietos sin pretenderlo, en los cinco números recogidos en el presente tomo Howard y su nueva compañera Tara inauguran su andadura como detectives privados enfrentándose a alienígenas, hordas de ancianos mesmerizados y supervillanos. Un puñado de historias aparentemente independientes que finalmente se revelarán como parte de una búsqueda del equivalente barato del Guantelete del Infinito (sic).


Exprimiendo su pertenencia al universo Marvel, el guión echa mano de numerosos personajes invitados. Tanto pesos pesados como Spiderman, Hulka, Doctor Extraño o los Guardianes de la Galaxia como personajes más oscuros y poco conocidos como el Jefe de Pista, la Skrull Kill Crew o el inesperado villano de la función. Personajes a los que sabe sacar un gran partido paródico mediante sus interacciones con el palmípedo protagonista y el recurso a la continuidad real -esos flashbacks a las Secret Wars originales- y ficticia -las notas a pie de página referidas a tebeos inexistentes- como fuente de numerosos gags. Quinones contribuye al tono ligero y divertido buscado por el guionista con un grafismo de formas limpias y, en ciertos momentos, cercano a una serie de animación infantil que casa a la perfección con la naturaleza de animal antropomorfo del protagonista.


El resultado final consigue dar pie a un tebeo divertido que es capaz de aportar otro estilo a un personaje marcado a fuego por el definitorio trabajo de Gerber. Sin llegar a las cotas de este, el Howard de Zdasky y Quinones se deja leer con agrado y cumple sobradamente su aspiración de entretener tanto a veteranos como a recién llegados. Con esta serie Marvel aporta una agradecida alternativa al cómic de superhéroes tanto en tono como en formato –historias autocontenidas sin necesidad de crossovers multitudinarios- que sería de agradecer no quede en el olvido tras su repentina cancelación durante las pasadas Secret Wars.