Grandes Autores de Batman - Grant Morrison: Gótico

El diablo llegó a Gotham

Tweet

Artículos relacionados

Encajonada entre dos trabajos tan mayúsculos como Arkham Asylum y su aclamada etapa en las series regulares del Hombre Murciélago, esta saga perteneciente a la cabecera antológica Legends of the Dark Knight siempre ha cargado con la despectiva etiqueta de “trabajo menor” a la hora de enumerar las aportaciones de Grant Morrison al personaje.


Pero lo cierto es que, pese a carecer del impacto e influencia de las dos obras antes citadas, la trama que nos ocupa atesora una serie de virtudes que la hacen distinguirse con una identidad propia entre la ingente cantidad de historias del personaje. Con un estilo a priori más contenido y menos experimental de lo que el guionista escocés suele acostumbrar, Gótico hace honor a su nombre planteando un argumento de ribetes siniestros que se adentra por momentos en el terreno del horror sobrenatural, rindiendo sutiles e inteligentes homenajes a esos clásicos de la literatura gótica citados al inicio de cada capítulo. Homenajes que se concretan especialmente en la figura del villano Mr. Whisper, enigmático asesino que tras dos décadas dado por muerto regresa para vengarse de los criminales que le asesinaron. Una historia de venganza de ultratumba que se vuelve aún más siniestra a medida que se descubre la relación entre Whisper y viejas leyendas satánicas de la Europa del siglo XVIII así como el inesperado lazo del villano con la infancia del propio Batman y su familia.


Ambientada en sugestivos escenarios como la catedral de Gotham o ese fantasmagórico monasterio inundado, Morrison teje una trama que se va oscureciendo por momentos, transitando con toda naturalidad de los ambientes de serie negra al relato de terror apocalíptico. Dos estilos que el dibujo de Klaus Janson maneja con habilidad gracias a unas dotes como narrador que superan a su virtuosismo estético. Y es que aunque sus lápices puedan parecer demasiado esquemáticos e incluso feistas, su talento para el desglose de página y la elección el encuadre adecuado para cada viñeta redunda positivamente en el tono atmosférico buscado por la narración. El resultado es una Gotham plagada de ominosos edificios que convierten las calles en vertiginosos desfiladeros urbanos así como con esos flashbacks oníricos plasmados en tonos ocres que provocan un eficaz efecto de duermevela.


La atmosfera urbana de la ciudad juega un importante papel en la propuesta de Morrison, dando a la siniestra urbe una personalidad que la convierte en un personaje más de una historia de locura y secretos centenarios ocultos a punto de resurgir con terrible resultados. El otro punto fuerte es la figura del villano, construido mediante detalles reminiscentes a clásicos literarios como Fausto o Melmoth el Errabundo y dotado de una personalidad enigmática y misteriosa que le hacen memorable. Con un guión mucho más elaborado de lo que parece inicialmente –hay detalles sobre la construcción de la trama y su carácter circular que apenas se perciben en una primera lectura- Gótico supone una pequeña gran obra que sintetiza la psicodelia propia de su autor pero ejecutada con una agradecida sobriedad que merece la pena (re)descubrir.