Star Wars: Chewbacca

Nuestro wookie preferido en su primera aventura en solitario

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El retorno de la franquicia Star Wars a Marvel Comics –sí, amigos, los cómics de esta adorada saga cósmica comenzaron en la Casa de las Ideas y, a pesar de los múltiples aciertos de editoriales como Dark Horse, merecían volver por la puerta grande al lugar donde nacieron- se convirtió en uno de los eventos comiqueros de la década y se saldó con una línea de títulos inaugurales que mostraban el cariño con el que la editorial pretendía cuidar la conocida saga de George Lucas.

De este modo, las colecciones abiertas Star Wars y Darth Vader junto a la primera serie limitada protagonizada por la aguerrida Princesa Leia demostraban que estas propuestas eran más que simples productos para sacar los cuartos a los aficionados cósmicos y que Marvel estaba dispuesta a ofrecer la franquicia a sus mejores guionistas y dibujantes. Sin embargo y como bien sabemos, la realización de El Despertar de la Fuerza –nuevo título de la saga realizado por J.J. Abrams que se saldó con un increíble y esperado éxito de crítica y público- obligó a la editorial a centrarse en los capítulos previos ya estrenados para evitar la difusión de algún secreto del film y respetar el secretismo corporativo de la todopoderosa Disney.


Sin embargo, lejos de convertirse en un problema, esta restricción sirvió de gancho para asegurar la llegada de los aficionados a la trilogía original de películas, gracias a la decisión editorial de situar cronológicamente estas series entre los Episodios IV y V y narrar lo acontecido entre la destrucción de la primera Estrella de la Muerte y el comienzo de la enorme El Imperio Contraataca. A fin de cuentas, ¿quién podría resistirse a volver a ver a personajes como Luke Skywalker, Han Solo o el implacable Darth Vader tal como los recordábamos de aquellas primeras e imborrables escenas de La Guerra de las Galaxias?

Chewbacca se suelta la melena

Como decíamos unas líneas atrás, el plantel creativo de la franquicia editorial era inigualable y uno de los autores que destacarían inmediatamente fue Gerry Duggan. Este guionista y humorista televisivo decidió pasarse a los cómics con obras como Nova, A+X o Hulk y alcanzó el favor definitivo del público con su celebrada etapa en Masacre donde explotaba de manera radical y salvaje las posibilidades humorísticas del Mercenario Bocazas.


Por esta razón, Marvel decidió entregarle las riendas de uno de los más queridos y especiales personajes de la franquicia: el ininteligible Chewbacca. Rápidamente, el escritor dejó claro que iba a dejar la vía fácil de superpoblar sus páginas con textos de apoyo que nos narraran los pensamientos de su protagonista y que los lectores iban a poder disfrutar del wookie en estado puro.


De esta manera, Duggan nos presenta una aventura que puede considerarse menor en el canon de Star Wars pero que no traiciona en ningún momento el espíritu de la saga consiguiendo ahondar en la psique del personaje sin traicionarlo con trucos baratos, que ofrece al lector una lectura divertida y amena que sirve de excepcional acompañamiento a las inclusiones más serias de las colecciones abiertas y las series limitadas previas.


Cuando la nave que pilota sufra un accidente inesperado tras la Batalla de Yavin, Chewie se verá obligado a enfrentarse de nuevo al Imperio, tras conocer a una joven que trabaja de esclava en una mina que recolecta materiales que servirán para la creación de armas a las fuerzas opresoras del Emperador. Ayudar a su nueva amiga, desbaratar los planes imperiales y regresar junto a sus aliados de la Resistencia serán los objetivos que moverán al co-piloto del Halcón Milenario en esta miniserie ilustrada de manera clásica por el siempre interesante Phil Noto.

Un titulo pequeño que se convierte en una de las más curiosas e inesperadas adiciones al nuevo catálogo editorial Marvel del universo Star Wars y que servirá para hacer más llevaderas las calurosas tardes veraniegas.