Wonder Woman: El Espíritu de la Verdad

Nueva entrega de los álbumes de gran formato centrados en los héroes de DC

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Después de los especiales dedicados al Caballero Oscuro y al Hombre de Acero, Paul Dini se enfrenta a Wonder Woman en su nuevo trabajo. Como en anteriores ocasiones, se trata de contar una historia sencilla que sirva para retratar al personaje como nunca se ha hecho. Si en los trabajos ya publicados por ECC Ediciones se centraba en la lucha contra el crimen de Batman o en la búsqueda de la paz de Superman, la justicia será el eje que vertebre esta historia que ahora nos trae la editorial, de nuevo en tapa dura y formato de gran tamaño, idóneos para disfrutar del arte de Alex Ross, encargado de la parte gráfica del proyecto.


El tomo se abre como de costumbre con dos páginas a modo de origen del personaje, que resultan una verdadera delicia por la sencillez con la que Dini afronta la tarea de resumir los hechos que dieron lugar a la leyenda, y la de Ross al plasmar en dos colores y un gran uso de las sombras estos definitorios momentos. Tras frustrar las intenciones de un grupo de terroristas enmascarados, Diana regresa a la Isla Paraíso, visita que Ross aprovecha para dejarnos maravillosas ilustraciones del día a día en la ínsula con parajes que jamás podríamos haber imaginado que nos dejan con la boca abierta. Será allí donde una conversación con su madre, la reina Hipólita, le abrirá los ojos sobre cómo la ve el mundo, lo que servirá como detonante para que la propia Diana reflexione sobre su vinculación con los mortales que ha jurado proteger. Durante un viaje a un país de Oriente Medio comprobará las duras condiciones a las que son sometidas las mujeres de allí, y el choque con la idílica situación en la que viven sus hermanas en la Isla Paraíso, a las que acaba de ver, hará el resto.


Su siguiente visita será Clark Kent, con quien se reúne en busca de consejo y que recibirá una curiosa respuesta por parte de Diana: “¿Crees que soy perfecta?”. Quizás con esta sencilla pregunta Dini consiga que los lectores se cuestionen al mismo tiempo que ella las imperfecciones del personaje y, en definitiva, que es más humana de lo que nunca imaginó.


La obra nos deja buenos momentos, acentuados por el arte de Ross, como cuando Diana decide despojarse del burka que ha utilizado para camuflarse, o cuando detiene un tanque con sus propias manos, escena que vemos desde la perspectiva de la chica que estaba a punto de ser arrollada. Una nueva muestra de la curiosa perspectiva de esta eficaz pareja de autores, que analizan como nunca antes los principales héroes del Universo DC.