Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"¿Sabías que el oxigeno fue descubierto en 1847? Me pregunto que respiraba la gente hasta entonces." Groucho / Dylan Dog #10
ID

ROB, el Michael Bay de la viñeta.

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 26/10/2011

Mal que les pese a algunos, la publicación en España de Masacre Corps, su participación en los lanzamientos del nuevo universo DC con la nueva serie de Halcón y Paloma y el anuncio del regreso de Extreme Studios a Image han vuelto a poner de actualidad a Rob Liefeld. Es el regreso del más terrible de los enfants terribles de la generación de los 90 y posiblemente el que mejor encarna “para lo bueno y para lo malo"- el espíritu de aquella época.



ROB (como gustan en llamarle fans y detractores) cierra con este trabajo una especie de cí­rculo (Halcón y Paloma fueron protagonistas de su debut profesional) y vuelve a situarse en el eje del huracán volviendo a reverdecer el debate acerca de su calidad como autor. Liefeld es un autor dotado de un ojo clí­nico para conectar con los gustos del público mayoritario y de un estilo gráfico llamativo, impactante y perfectamente reconocible al primer vistazo. Pero Liefeld es al mismo tiempo un deficiente narrador gráfico, con un dominio de la anatomí­a y las proporciones lleno de carencias y en el que priman los personajes estereotipados, los argumentos sobados y los desarrollos más simplones y repetitivos. En él todo es extremo (como el nombre de su sello en Image). Musculaturas desbocadas, mujeres que parecen posters andantes, armas desproporcionadas, dientes apretados, acción trepidante... Sus cómics son el equivalente a la comida rápida: sabrosa y disfrutable en primer momento pero vacía en el fondo y perjudicial a la larga. Otra de virtud de Liefeld (y esto hasta sus enemigos lo reconocen) es su gran cabeza para los negocios. Da igual cuantas veces se vea obligado a cerrar un proyecto empresarial, abandone una obra en curso o se gane la enemistad de otros autores: ROB siempre cae de pie, listo para reaparecer con fuerzas renovadas.



Releyendo el párrafo anterior acabo de darme cuenta de que todas y cada una de las caracterí­sticas antes citadas se ajustan como un guante a otro faro de polémicas, pasiones y odios (en este caso cinematográficos): Michael Bay. Y es que el director de pelí­culas como La Roca, Armaggedon o la trilogía Transformers vendrí­a a ser al séptimo arte lo que Liefeld al noveno: narrativa hipertrofiada (donde apenas se entiende lo que sucede), guiones construidos sin disimulo con tópicos y más finos que el papel de fumar (por lo que da igual si no se entiende), acción sin pausa ni prejuicios, estética militarista, féminas despampanantes y de formas imposibles, insistencia machacona en el impacto visual (uno mediante filtros fotográficos y CGI, el otro mediante coloreado infográfico) y pese a todo lo anterior (¿O gracias a ello?) una habilidad para generar cuantiosos beneficios, sobrevivir a continuos linchamientos mediáticos y ganarse el favor y la amistad de los grandes nombres de la industria (Jerry Bruckheimer y Steven Spielberg, Alan Moore y Dan Didio).

[



Ambos son dos creadores ninguneados por el estamento "serio", pero apreciados enormemente por la audiencia mayoritaria (aunque muchos jamás lo reconocerían en público). Puede que su obra nunca tenga trascendencia a largo plazo e incluso acabe en el olvido, pero la sensación de diversión destroyer y sin complejos que desprende su trabajo y que parece trasmitirse a su propia persona (momentos impagables uno y dos) hace imposible no tenerles simpatí­a. ¿A dónde lleva esta comparativa de almas gemelas? Servidor lo tiene muy claro: a Youngblood la pelí­cula. Es algo inevitable, como el meteorito que acabó con los dinosaurios. Solo esperemos que en esta ocasión la raza dominante del planeta sobreviva a semejante impacto.


contactarEdición impresa