Black Crow Volumen 1: El Tesoro Maldito Aventuras en alta mar con regusto clásico
Aún recuerdo, aunque no tenga mucho que ver, el primer visionado de algunas de las películas “de piratas” más famosas que nos ha dado el Séptimo Arte. Clásicas como El Capitán Blood o La Isla del Tesoro, noventeras como La Isla de las Cabezas Cortadas o Hook y las más modernas de la franquicia Piratas del Caribe, a las que habría que añadir la televisiva Black Sails. Todas ellas producciones que cuentan con un halo especial, una atmósfera que, solo por tener lugar en alta mar, parecía que el caudal de aventuras estaba asegurado, puro entretenimiento para toda la familia.
En lo referente al mundo de las viñetas, la cosa tampoco ha ido mal, no podemos quejarnos los aficionados a este género tan particular. Si bien es cierto que desde Estados Unidos nos han llegado algunos relatos de diversa consideración (incluso el manga One Piece podría tener cabida en este apartado), es el cómic europeo el que mejor partido ha sabido sacar de las patas de palo y los parches en el ojo. Yermo Ediciones demuestra una vez más que siempre está ojo avizor a referencias que aúnen calidad e interés, de ahí que sea una de las editoriales más en forma de nuestro país, y nos trae este magnífico Black Crow Volumen 1: El Tesoro Maldito.
“¿Así que vos sois el famoso Samuel Prescott, conocido como Black Crow?”, una línea de diálogo que podemos leer casi al principio del volumen y que, a esto me refería, destila clasicismo por los cuatro costados. Nuestro héroe, como suele ser habitual en estos casos, cuenta con una reputación que lo precede, un hombre de honor (a su manera), gran combatiente y movido por una serie de razones que no siempre son las que parecen ser. La acción de esta primera entrega (donde podemos encontrar los tres álbumes que componen el primer ciclo de la obra) tendrá lugar en el siglo XVIII en Nueva Inglaterra, con la Guerra de la Independencia como telón de fondo.
Con un inicio que no puede ser más prometedor, vemos como Prescott no vacila lo más mínimo a la hora de apretar el gatillo contra alguien que lo ha traicionado y ha faltado a su palabra. Pero no queda la cosa ahí, ya que en la siguiente aventura soltamos amarras y ponemos rumbo hasta África en busca de riquezas de dudosa procedencia. Este segundo relato estará salpicado, incluso, de algunos elementos sobrenaturales, pero nunca sin perder de vista lo que realmente importa aquí.
Jean-Yves Delitte, autor de otras grandes obras como Belem o Neptuno, ambas publicadas por Yermo, se nos muestra como un conocedor de todo lo relacionado con este mundo. El uso de un vocabulario tan específico no hace más que enriquecer los textos que nos vamos a ir encontrando. A esto habría que sumar su habilidad con el pincel, entregando algunas páginas que merecen ser contempladas con tranquilidad para poder apreciar el grado de minuciosidad que emplea a la hora de plasmar las naves que surcan el mar.
Otro punto fuerte de Delitte consiste en la ambientación de la acción, el ropaje que lleva cada uno de los personajes, los sitios donde va teniendo lugar la acción, todo ello retratado con un gusto exquisito y un nivel de detalle excelso. Junto con un guión lleno de giros inesperados, cargado de sorpresas, secretos y traiciones, la lectura de este tomo no puede ser más adictiva. El autor sabe dosificar el nivel de intriga y de información que va a irnos entregando, poco a poco, descubriéndose cuáles son las verdaderas intensiones de cada uno de los personajes. ¿Se puede pedir más a un tebeo? En este caso, sí: no esperar demasiado hasta la próxima entrega.
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