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El Incal: Y la ciencia ficción en viñetas cambió
Siguiendo con su política de recuperar obras clave del medio mediante cuidadas ediciones, la editorial Random House Mondadori vuelve a publicar El Incal, obra señera del cómic francés cuya inventiva combinación de géneros, excéntrico argumento e innovador estilo gráfico generaron una enorme influencia en la forma de ver y entender el género de ciencia-ficción (no sólo en las viñetas) que aún hoy, más de tres décadas desde su inicio, sigue vigente.
El Incal nació de la combinación del talento de dos autores irrepetibles: Alejandro Jodorowsky y Jean Giraud, aquí acreditado bajo su famoso seudónimo Moebius. Ambos habían trabado contacto cuando el primero requirió los servicios del dibujante como diseñador de producción para una ambiciosa adaptación cinematográfica de la novela Dune que no llegó a rodarse. De dicho fracaso surgió, sin embargo, una estrecha relación que les llevaría a realizar un proyecto conjunto en viñetas. Así en 1980 la revista Metal Hurlant comenzaría a publicar por entregas una serie ambientada en un lejano futuro habitado por seres alienígenas, ciudades hipertecnificadas y viajes espaciales. Su protagonista era John DiFool, un torpe detective privado de segunda que, por pura casualidad, obtiene un extraño cristal conocido como Incal. La posesión de dicho objeto, recipiente de un enorme y extraño poder, les convierte a él y su mascota pterodáctilo Deepo en objetivo de grupos como la casta gobernante de dicho futuro, el movimiento de resistencia a la misma, la raza alienígena de los Berg, el culto religioso-industrial de los Tecnopadres o el implacable cazarrecompensas galáctico conocido como el Metabarón.
Persecuciones, rituales místicos, batallas espaciales, viajes espirituales, críticas políticas y religiosas, gags escatológicos… una enloquecida combinación en la que cada secuencia sorprende más que la anterior pero menos que la siguiente. Una historia donde conviene dejarse llevar por la narración en lugar de intentar organizar y cuestionar su escasa construcción argumental. A lo largo de unas trescientas páginas publicadas durante ocho años, Moebius fue capaz de refinar los elementos gráficos que previamente había desarrollado en historias como The Long Tomorrow y El Garaje Hermético: una enorme inventiva para la creación de ambientes futuristas fantásticos y diseños de alta tecnología así como un trazo basado en la estilización y una estudiada ruptura de las reglas del dibujo académico. Por su parte, el polifacético Jodorowsky añadiría al conjunto su peculiar y variopinto bagaje de disciplinas filosóficas, religiosas y artísticas embutidas en un pastiche genérico que toma prestados elementos tanto de la serie negra como de la space opera. Todo ello mezclado con un irónico y surrealista sentido del humor.
El tándem Jodorowsky/Moebius se reveló así como algo único donde cada uno encontraba en el otro a la horma de su zapato: el guionista chileno encontraba un dibujante capaz de visualizar sus delirantes y poco convencionales ideas, mientras que el ilustrador francés hallaba a un guionista que le forzaba a innovar continuamente, buscando nuevas maneras de narrar conceptos tan dispares, rayanos ocasionalmente con la metafísica y el surrealismo. Ambos autores se complementaban a la perfección, retándose el uno al otro a ir un paso más allá dando pie a una obra que, si bien puede parecerse a muchas, no tiene ninguna que se la parezca.
Concluida en 1988 y recopilada en seis álbumes, el éxito de la serie se prolongaría posteriormente con la creación de precuelas (Antes del Incal), secuelas (Después del Incal, El Incal Final) y series derivadas que exploraban personajes secundarios (La Casta de los Metabarones, Los Tecnopadres, Megalex). Prolongaciones todas ellas escritas por Jodorowsky pero ilustradas por dibujantes como Zoran Janjetov, Juan Giménez, Fred Beltran o José Ladrönn que han sabido prolongar el universo argumental creado para la serie original, llevándolo más allá su premisa inicial. Por no mencionar las continuas reediciones de la obra original, varias de ellas salpicadas por la polémica debido a la reducción de su formato o la aplicación de un nuevo coloreado digital que alteraba -e incluso censuraba- el dibujo de Moebius.
La actual edición, que recupera el color y formato álbum originales añadiéndole Los Misterios del Incal –álbum adicional con historias cortas de Jodorowsky y Moebius inéditas en España-, permite redescubrir un cómic extraño, insólito y único cuyos defectos quedan sepultados por el torrente de imaginación que despliega a cada página, desafiando las convenciones del medio y llevándolo a lugares pocas veces explorados.
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