Marvel Deluxe - Lobezno y la Patrulla-X #1 Bienvenidos al instituto Jean Grey de Enseñanza Superior
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Como la califica Julián Clemente en la introducción del tomo, la serie bien podía haberse llamado “La academia de Logan de estudios superiores de molonería”. Por un lado, porque deja claro que el protagonista absoluto de la serie es Logan, y no Lobezno. En este caso, se trata de explorar su faceta más personal, de comprobar si está a la altura de su adorado Charles Xavier a la hora de entrenar y enseñar a toda una nueva generación de jóvenes mutantes, y de alejarnos del Lobezno con las garras fueras (aunque las enseña durante la serie), para relajarnos y disfrutar de este nuevo enfoque. Por el otro, la molonería de la serie queda latente en cada una de sus páginas: Una Sala de Peligro que han extendido a todas las salas del complejo (resulta hilarante el primer uso que vemos de esta tecnología, aplicada al lavabo de caballeros), el nuevo Club de Fuego Infernal, liderado por un jovencísimo Kade Kilgore, o la sola presencia de Quentin Quire, epítome de esa referenciada molonería.
Y es que, como todo evoluciona, después de dramáticas etapas relacionadas con los mutantes y su regénesis, dos fueron las series centrales del universo mutante, una a cargo de Kieron Gillen, más seria y dramática, y la de Aaron que ahora reedita Panini, llena de acción y diversión. En esta nueva escuela, situada en el Camino de Graymalkin número 1407, en Salem Center (una dirección que resultará familiar a los más veteranos), todo es posible: Un Hombre de Hielo como contable, los más inverosímiles puestos de administración y conserjería, de los que ahora se encargan Sapo y Doop, o nuestra querida Kitty Pride como codirectora del centro. Hasta el mismísimo Xavier hace acto de presencia en el primer número de la serie, en una inspirada conversación con Logan, al que recomienda que tenga siempre a mano el número de la empresa local de retirada de escombros (¿Qué sucedió con Control de Daños y para cuando una reedición de este estupendamente nostálgico material?) por lo que pueda suceder.
Ayudado por el siempre interesante arte de Chris Bachalo, los primeros números de la serie se encargan de presentar al elenco y poner en marcha mil y una tramas con una velocidad de vértigo: El Nuevo Club Fuego Infernal, los verdaderos motivos de que Kitty vomite a todas horas (sin contar nada, diremos que no se deben a sus nervios), el nuevo rol del Ángel, islas vivientes en busca de redención, y todo esto bajo la atenta mirada de dos inspectores que deben aprobar que la escuela sea segura para abrir sus puertas. Si a esto le unimos los espectaculares lápices de Nick Bradshaw, que se alterna con Bachalo como artista regular de la serie para asegurar su periodicidad, una medida que deberían adoptar muchas editoriales, tenemos una serie que no hay que dejar pasar. Lo dicho, bienvenidos al nuevo Instituto Jean Grey. Bienvenidos al futuro.
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