Torpedo 1972

Uno de los regresos más esperados

Torpedo 1972 España - 2017
Guionista:Enrique Sánchez Abulí
Dibujante:Eduardo Risso
Editorial:Panini Cómics - 64 páginas - color Precio:15,00€

PUNTUACION
4,5/5

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Torpedo ha vuelto. Esta afirmación tan simple encierra mucho más de lo que aparenta a simple vista. Para todo aquel que sepa del personaje y, encima, se haya “criado” con lecturas de la época Toutain sabrá a lo que me refiero. Para este humilde reseñador, la primera toma de contacto con Torpedo fue gracias a un retapado de la clásica publicación Creepy. Llamaba poderosamente la atención el hecho de ver las aventuras de un mafioso del tres al cuarto entre tanto vampiro, muerto viviente y criatura lovercraftiana. Pues sí, todo un pistolero sin escrúpulos y cuyos relatos tenían más de humor que de otra cosa, un humor que la mayoría de las veces consistía en ingeniosos juegos de palabras y alguna que otra situación casposa.


Tal y como su guionista, Enrique Sánchez Abulí, explica en la amena introducción de este Torpedo 1972, han pasado dieciocho años desde la última vez que pudimos disfrutar del personaje. Mucho han cambiado las cosas, desde la relación entre Abulí y Jordi Bernet, el dibujante oficial de la serie (aunque habría que tener en consideración el fugaz paso de Alex Toth), y la llegada de otro nombre importante, impensable hace tiempo: Eduardo Risso. El anuncio de este álbum hace algunos meses pillaba desprevenidos a todos los seguidores del personaje, sobre todo por ser Risso el encargado de ilustrarlo. Ahora que lo tenemos entre las manos y totalmente leído, podemos afirmar que el argentino se ha tomado el trabajo bastante en serio.


Y ese era precisamente uno de los mayores miedos que aparecieron tras la noticia del retorno: ¿estaría a la altura de las circunstancias? Muchos pensaban que esto se trataba de una jugada para sacar los cuartos al lector apelando directamente a la nostalgia. No podíamos estar más equivocados. El relato cuenta con todos los ingredientes que hicieron grande al personaje, un guión sencillo donde Torpedo y su inseparable compañero de correrías, Rascal, tendrán que vérselas con gente de mal vivir para limpiar su nombre o sacar tajada de la situación. En este caso, un periodista intentará jugársela a nuestros pistoleros favoritos sin saber muy bien donde se está metiendo. Si añadimos a la trama una muchacha de buen ver y una pandilla de violentos maleantes, tendremos al Torpedo de siempre, ese que tantos buenos momentos nos ha proporcionado.


Y es que de eso se trata, retomar al personaje sin hacer que se arrastre por el fango, como hemos podido ver en otras ocasiones. Abulí no arriesga, va a lo seguro, a sus dobles sentidos, a sus frases terminadas por otro interlocutor, a sus diálogos cargados de chispa y picaresca, y Risso hace lo que mejor sabe hacer, dibujar los bajos fondos a la perfección haciendo que todo fluya a la perfección y aplicando un color discreto, sin estridencias, para que nadie pueda decir que la aventura hubiese funcionado mejor en glorioso blanco y negro. El volumen se completa con un relato del propio Abulí y una galería de bocetos de personajes de Risso. Una sorpresa mayúscula y agradable que, según podemos entender de la introducción, podría tener continuidad en un futuro. Si va a tener la misma calidad que este nuevo álbum, estaremos encantados y deseosos de leerlo.