Marvel Saga #34 - El Castigador #6: Los Esclavistas Cuando el producto a comercializar es un ser humano
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Desde que aterrizase en la colección del Castigador, oportunamente situada dentro del sello Max, Garth Ennis ha sabido utilizar la libertad que le da esta parcela adulta de la la editorial Marvel para contar de forma brutal y realista las aventuras de Frank Castle y su implacable lucha contra el crimen. Tras varios arcos centrados en los socorridos temas de este tipo de ambientes, como el tráfico de armas o las drogas, el guionista da un paso más allá y se centra en la saga que ahora nos llega en la trata de blancas y, dado que esta ocasión se comercia con personas y no con objetos, Castle se comprometerá con las recién liberadas víctimas, dispuesto a acabar con la trama de una vez por todas.
El guionista decide rebajar su característico humor negro para contar una historia dura y realista, donde los personajes hablan en primera persona de una situación insostenible, de la que es muy difícil salir. Así, acompañaremos al Castigador mientras se va metiendo más y más en esta oscura trama contra los esclavistas que dan título al tomo, y es que no deja de ser una relación de esclavitud a la que se ven sometidas las mujeres protagonistas. Esta es una de las pocas sagas en la que el protagonista va a volver a sus orígenes, dejando a un lado sus vendetas personales y luchando de nuevo contra peligrosas organizaciones criminales, contra los que volcará toda su ira.
Durante una de sus misiones, y en pleno tiroteo, El Castigador conocerá a Viorica, una joven que ha sido engañada y forzada a ejercer la prostitución, que le contará su terrible historia, provocando que el antihéroe esté decidido a acabar con la organización criminal, sin importarle los cadáveres que deje a su paso. Se trata de una historia brutal y sin miramientos, que se lee de un tirón, ya que es imposible dejar de pasar las páginas, y que aprovecha la vuelta de Leandro Fernández como dibujante para retomar las dosis de brutalidad gráfica que el dibujante utilizaba en los primeros arcos de la serie.
Ennis sabe utilizar la desafortunada realidad de lo que está contando para dejarnos un relato seco y directo, que nos deja con el único consuelo de que en este caso, y al tratarse de un cómic, sabemos que Castle va a llevar a cabo su terrible venganza, y las chicas van a quedar libres al final de la historia. La realidad, por desgracia, no es tan justa, y siguen proliferando este tipo de organizaciones que hacen vivir un auténtico infierno a sus desdichadas protagonistas.
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