Marvel Gold - Capitán América y El Halcón: La Saga del Imperio Secreto Superhéroes y política se juntan para crear un clásico
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Nueva maniobra comercial por parte de Panini, no es nueva ya que ha sido usada en alguna ocasión anterior, consistente en rescatar del olvido una saga clásica con motivo de alguna historia actual. Mención aparte merece la planificación y el hecho de que aparezca este volumen justo cuando está siendo publicado el último evento de la Casa de las Ideas, un detalle que ha sido medido con bastante precisión. Para todo aquel que no sepa de qué estamos hablando, informar que en los Estados Unidos acaba de finalizar un de esos relatos que tanta polémica y polvareda suelen levantar y que, como viene siendo algo habitual en los meses recientes, se trata de una puesta al día de alguna saga clásica.
Pasó con Civil War o Secret Wars, así que había que remontarse un poco más en el tiempo y hacerse con unos tebeos míticos, cómics que se encuentran en este voluminoso tomo que con tanto acierto se ha puesto en circulación hace muy poco tiempo. Marvel Gold - Capitán América y El Halcón: La Saga del Imperio Secreto recupera una trama que, en su día, supuso un antes y un después para el héroe abanderado. Las dos versiones, clásica y moderna, se dan la mano para retratar a los Estados Unidos de cada época, un análisis social y político en el que los rincones más oscuros y corruptos del poder juegan un papel muy importante y determinante.
El material que se recopila en este imprescindible volumen supone una suerte de crónica en la que vamos a saber cuál es el sentir de las calles, algo que Marvel siempre ha tenido muy en cuenta, sabiendo la época en la que nos encontramos, reinará un clima de desánimo general, el país perdía su identidad de manera alarmante, la corrupción era el tema principal de todas las tertulias y los famosos valores norteamericanos desaparecían a una velocidad alarmante. El guionista Steve Englehart tejía una trama de gran carga política, coincidiendo con todo el caso Watergate, donde una sociedad conocida como Imperio Secreto, ramificación de la temible HYDRA, planea desde las sombras hacerse con el poder de los Estados Unidos.
No serán sus únicas intenciones, habría que sumar el deseo de destruir a uno de los símbolos más representativos del país, el Capitán América. Haciendo uso de las más bajas técnicas de manipulación, Steve Rogers se convertirá en un héroe perseguido por la justicia y repudiado por sus conciudadanos que lo llevará a enfrentarse al sistema que tantas veces ha defendido. La saga cuenta con el suficiente interés como para ser leída hoy en día y seguir siendo todo un referente del cómic superheroico, una de esas lecturas por las que no pasa el tiempo y que, por desgracia, su argumento central no puede estar más de actualidad.
Englehart encontró a un socio inmejorable para facturar esta determinante historia, Sal Buscema, uno de esos dibujantes que ha firmado cientos de trabajos en la editorial y cuyas páginas, reconocibles echando un ligero vistazo, son un claro de ejemplo de cómo se debe hacer un comic inmortal y que perdure a lo largo de los años. La edición de Panini, como nos tiene acostumbrados, es toda una delicia de principio a fin, un volumen para leer del tirón y gozar con una saga imprescindible y que podremos comparar con la que ha finalizado hace tan solo una semana al otro lado del charco. ¿Mejor o peor? El tiempo será el juez que lo decidirá, de momento, sabemos de primera mano que la de los años setenta ha resistido de manera envidiable. Veremos si Nick Spencer está a la altura.
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