Marvel Saga #40 - Daredevil #12: La Edad Dorada De vuelta al amarillo
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La estancia de Brian Michael Bendis como guionista de Daredevil pasó por varias etapas antes de su marcha. Su llegada pasó casi desapercibida para el gran público pero, poco a poco, no se hablaba de otra cosa que no fuera lo acertado del nuevo planteamiento del guionista para un personaje que ya contaba con muy buenas historias, del buen hacer de Alex Maleev a los lápices y, de la noche a la mañana, la serie se convirtió en imprescindible en la lista de compras de cada mes. Casi siempre comparado con el mismísimo Frank Miller por lo redondo de su etapa, Bendis supo disfrutar del momento y, por eso, antes de su marcha que, por desgracia, cada vez está más cerca en esta línea Marvel Saga con la que ahora Panini recupera la etapa completa, Bendis se permitió el lujo de contar una historia en dos momentos temporales, nuevo ejemplo de su maestría como escritor.
Nada más abrir las páginas del tomo conocemos a Alexander Bont, un hombre de avanzada edad que contempla los peluches de Spiderman que cuelgan de un kiosko y que esconde más de un secreto. Maleev nos ayuda a viajar en el tiempo, endureciendo su arte y pasando del color al blanco y negro, y Bendis se toma su tiempo para contarnos la historia de Bont, como Daredevil se cruzó en su camino hace muchos años y el motivo por el que el ahora anciano ha jurado venganza contra el abogado ciego.
A medida que avanza la trama situada en la actualidad, Bendis añadirá a la mezcla nuevos personajes, como Tigre Blanco, y al saltar entre dos tiempos, podremos ver la evolución del héroe con el paso del tiempo, cambiando radicalmente de estilo y hasta de sexo. Lo mismo podemos decir de Gladiador, antes un feroz enemigo de nuestro héroe de la Cocina del Infierno, armado con sus características y letales cuchillas, ahora reconvertido en sastre y amigo de Daredevil.
Aunque el guión de Bendis es sencillamente hipnótico, y nos atrapa desde la primera página, curiosos por saber los motivos de Bont para llevar a cabo su venganza, el papel de los secundarios en este juego y, por supuesto, como va a resolverse todo este asunto, Maleev le roba protagonismo al guionista, y es que Bendis se limita a recuperar el traje amarillo del héroe en sus viajes al pasado, mientras que la forma de marcar los saltos en el tiempo del dibujante alternan blanco y negro y color y, a continuación, repitiendo a la perfección el estilo de coloreado de los 80 (mediante aquellos inolvidables “puntitos”) y las modernas técnicas de coloreado digital de la actualidad, de forma que puede contarnos hasta 3 momentos temporales distintos en unas pocas páginas sin resultar confuso. Un tomo que juega con la nostalgia para despistarnos de que el final de la etapa está cerca y aún qeudan muchas cosas por contar.
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