Marvel Deluxe - Lobezno y la Patrulla-X #2

La batalla entre Vengadores y Patrulla-X llega al instituto Jean Grey

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Nos gusten más o menos, los eventos editoriales son una de las perdiciones de Marvel y a los fans no nos queda más remedio que tragar con ellos, aunque a veces los veamos como una interrupción de nuestra serie favorita, y es que un vistazo a los últimos años nos deja un panorama con cruces entre series cada pocos meses. Por eso, comprobar que la práctica totalidad de este segundo tomo de Lobezno y la Patrulla-X está afectada por el cruce VvX, o lo que es lo mismo, Vengadores contra Patrulla-X, me hacía temer lo peor, aunque la lectura del tomo ha servido para disipar mis dudas iniciales y, sobre todo, para encumbrar aún más a Jason Aaron como una de mis guionistas favoritos.


En la primera entrega de esta recopilación en formato Deluxe de las aventuras de Lobezno como director del nuevo instituto Jean Grey de Enseñanza Superior conocíamos las nuevas instalaciones durante una hilarante inspección para comprobar su idoneidad, a los principales alumnos de la escuela y el rol como profesores que iban a desempeñar algunos de nuestros mutantes favoritos. Aaron demostraba en estos primeros números que las posibilidades eran infinitas y que tenía mucho por contarnos, pero en su camino se cruzaba la nueva encarnación del Fénix que provocaba el enfrentamiento entre vengadores y mutantes y el doble rol de Lobezno hacía inevitable que pasara desapercibido durante la saga, lo que provocó que Aaron dejase aparcadas algunas de sus tramas para dedicarle toda su atención en las siguientes entregas.


Imagino que el problema que cualquier guionista debe tener a la hora de enfocar una historia como esta es contar cosas medianamente interesantes sin repetir hechos que ya se han contado en la saga central, y tampoco contar cosas tan trascendentales que debieron formar parte de la saga y que los lectores se puedan perder. Uno de los casos más recientes lo teníamos en Civil War, en la que Mark Millar contaba en la serie central como Spiderman se desenmascaraba ante la prensa, mientras que J.M. Straczynski hacía lo propio en la serie regular del trepamuros. Ahí es donde radica el buen hacer de Aaron, que echando mano de su amplio plantel de secundarios, conseguía ampliar algunas de las batallas que en las páginas de VvX pasaban casi desapercibidas.


En el dibujo se alternan Chris Bachalo, con momentos tan logrados como la visita del Capitán América al instituto y su involuntario paso por la nueva Sala de Peligro; Nick Bradshaw, especialista en páginas abarrotadas y escenas de acción como buen clon de Arthur Adams; y Jorge Molina, con un estilo más tranquilo que los anteriores que aprovecha para darle ese toque intimista a la historia. Y si a alguien aún le quedan dudas sobre si debe hacerse con el tomo, que eche un vistazo a la historia El Arma Secreta de Lobezno dibujada por el irrepetible Mike Allred. Sencillamente genial.