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Grandes Autores de Batman: Norm Breyfogle - Noctámbulos Comic Digital
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Grandes Autores de Batman: Norm Breyfogle - Noctámbulos

Cuando el Caballero Oscuro se volvió violento y callejero

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 18/12/2017

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Corría el año 1988 cuando Norm Breyfogle comenzó a dibujar algunas historias para la cabecera Detective Comics en una etapa que, más tarde, demostraría ser una de las más definitorias del personaje. Aunque estos números tardarían un poco en llegar a España, de la mano de Ediciones Zinco, su impacto fue casi mayor al coincidir con el estreno del primer film dedicado a Batman que llegase a la gran pantalla. Aún recuerdo llevarme a casa por vez primera estas historias rodeadas de un halo de realismo muy desconcertante para un lector que se acercaba casi por vez primera a las historias impresas, donde Batman no se enfrentaba con El Acertijo, que casi se burlaba del héroe, al que trataba de adelantarse dando con la respuesta a sus imposibles enigmas, sino que lo hacía persiguiendo por los callejones de Gotham a traficantes de drogas y proxenetas, cuyo rostro se llenaba de terror con la simple visión del Caballero Oscuro.


Y es que, en aquella época había dos estilos muy diferenciados. El primero, dibujado por otro artista imprescindible como Jim Aparo, en cuyas páginas Batman se cruzaba con los Nuevos Titanes y los villanos eran bastante más conocidos, y otra, a la que el dibujo de Breyfogle ayudó a definir, protagonizada por desconocidos ladrones de tres al cuarto, y por nuevos villanos a los que el guionista comenzara a dar forma en esta inolvidable etapa que ahora recupera ECC Ediciones.


En las más de 300 páginas de esta primera entrega conoceremos a villanos tan retorcidos y oscuros como El Ratonero, que provocaba que buena parte de sus números transcurriesen en las alcantarillas de la ciudad y que nos dejaba momentos tan recordados como Batman atacado por un ejército de ratas, o Cornelius Stirk, capaz de provocar las más terribles alucinaciones. Sin embargo, el personaje que más recuerdo dejase en mí en aquella época era la imposible pareja formada por Scarface y El Ventrílocuo. El mafioso de madera con impedimentos del habla, que incluso amenazaba al ventrílocuo que lo sujetaba y le daba voz es una de las creaciones más logradas de Alan Grant y, aunque la simple idea de marioneta que se subleva a su tarado marionetista parezca algo estúpida, el resultado final daba muy mal rollo y, en ocasiones, se convirtió en uno de los villanos más temibles de Batman.


Historias en la mayoría de los casos autoconclusivas, sencillas pero contundentes, que te dejaban pensando al cerrar el cómic, como la que llevaba por titulo Fiebre, el nombre de una nueva droga que se cebaba con la juventud de Gotham y cuya relectura me ha demostrado que el tiempo no ha pasado por estas historias, tan impactantes como cuando fueron publicadas por primera vez. El dibujo de Breyfogle era uno de los motivos que ayudaba a dar entidad propia a las historias, y es que su dinamismo en las escenas de acción y la forma de diseñar sus deprimentes escenarios y personajes secundarios no se ha vuelto a repetir en los años venideros. Aún quedan muchas buenas historias por ver la luz en esta etapa, desconocida para muchos, pero imprescindible para conocer a fondo al personaje que ahora, por suerte para todos, llega de nuevo a las librerías.


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