Montage #1 La huella del crimen
Planeta Comic inicia la publicación de un thriller manga basado en hechos reales.
Tomando como punto de partida un famoso crimen de la crónica de sucesos del moderno Japón, el mangaka Jun Watanabe plantea en Montage un enrevesado thriller criminal que especula sobre los eventos previos y posteriores al robo de 300 millones de yenes de una empresa en 1968. Un robo que cinco décadas después sigue sin resolverse, sin pista alguna sobre la identidad de los autores ó el destino del botín.
Tras un inicio donde se recrea el citado robo Watanabe traslada la trama hasta el presente para presentar a sus dos protagonistas adolescentes, Yamato Narumi y su prima Miku Odagiri. Un encuentro con un investigador moribundo, quien afirma conocer al difunto padre de Yamato como responsable del golpe millonario, pone en marcha la trama. Tiempo después la aparición de una evidencia lleva a ambos primos a descubrir la fortuna oculta, desatando una serie de eventos que incluye a mafiosos, policías, cargos políticos y familiares donde nadie es lo que parece ser.
Mezclando sucesos y lugares reales (como la famosa isla en ruinas de Gukajima, convertida aquí en escondite del botín) con tramas y personajes de cosecha propia, el presente tomo –en realidad el segundo de la serie, que comienza en la edición española con el #0- presenta a Yamato y Miku convertidos en fugitivos falsamente acusados de asesinato por el corrupto inspector de policía Sekiguchi, psicótico personaje relacionado con el antiguo robo y carente de escrúpulos. Una trama tensa y trepidante que, vía flashback, en la segunda mitad de tomo empieza a narrarse en paralelo con otra ambientada en los años sesenta que describe los prolegómenos del famoso crimen y sus lazos con el presente. Y si bien la construcción de personajes peca de algunas de los rasgos más simplistas y desconcertantes de la narrativa habitual de comic nipón –los motivos del personaje de la estudiante que ayuda a la pareja protagonista en su huida- Watanabe dota a la narración de un ritmo trepidante, especialmente bien resuelto en las numerosas persecuciones y encontronazos violentos en los que se ven envueltos los personajes, manejando diferentes atmosferas según la acción descrita y la época en la que se enmarca.
Montage refuerza su documentada y pormenorizada narración mediante el dibujo del propio Watanabe, mucho más detallado de lo habitual en el comic japonés, alcanzando en ocasiones cotas casi fotográficas en lo referente a paisajes y decorados. Con una planificación de página siempre al servicio de la narración, manejando hábilmente el uso de planos detalle y la expresividad de sus personajes para potenciar los avatares de la trama. El resultado es un prometedor punto de partida para una de las propuestas del manga Seinen de los últimos años y que ya en su inicio logra su objetivo de intrigar al lector acerca de por donde evolucionará la historia.
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