Flash de Geoff Johns: Fuego Cruzado Controlados por el Pensador
Después de muchos años disfrutando del buen hacer de Geoff Johns como guionista, cabe preguntarse por el secreto de su éxito. Podríamos pensar que la espectacularidad de sus guiones esconde la clave, pero no podemos descuidar la forma en que construye sus historias y, de eso, es un buen ejemplo su etapa en Flash que ECC está recuperando en tomos en tapa dura, de esos que hay que tener en casa sí o sí. Lo primero que hace Johns es contarnos detalles sobre sus personajes, humanizándolos, pero no sólo lo hace con los héroes, sino especialmente con los villanos. Si algo distingue a los villanos de Flash son las historias que les han llevado a convertirse en lo que hoy son. Magenta, Capitán Frío o Trickster son algunos ejemplos de su buen hacer como narrador. De hecho, desde su llegada a la serie, ha ido construyendo esta peculiar galería de villanos con mucho mimo, dejando a cada uno espacio para contar su historia y, en algunos casos, lograr casi empatizar con los lectores.
Ahora nos llega una nueva entrega de la etapa de Johns y no podemos menos que recomendarla encarecidamente, tanto a aquellos que ya conocen las aventuras del Velocista Escarlata como a los que jamás han leído una historia protagonizada por Flash. A estos últimos, sin embargo, recomendarles que comiencen la lectura por el tomo El País de las Maravillas, primer tomo cronológicamente hablando de la estancia de Johns y semilla de todo lo que luego va a suceder en la colección.
En las más de 400 páginas de este volumen hay poco espacio para el aburrimiento. Veremos cómo Chester Chunk y su esposa son atracados a punta de pistola y como Chester, tras ser disparado, libera el agujero negro que tiene alojado en su pecho amenazando con destruir Central City si Flash no consigue detenerlo. Poco tiempo tendrá Flash para descansar, ya que Magenta decidirá ayudar a escapar a Grodd durante un transporte, desatando el caos en la ciudad, y hasta el Joker se paseará por las páginas de la serie, en un inesperado cruce.
Por otro lado, la prisión Iron Heights será objeto de controversia, ya que la sospecha de Flash acerca de posibles torturas a los villanos que allí son recluidos resultará ser cierta, y así lo comprobará durante una visita con el detective Morillo. El tomo también incluye Cero Absoluto, una de mis historias favoritas, dedicada a Leonard Snart y a conocer las circunstancias que han terminado convirtiéndole en Capitán Frío. Es una de esas ocasiones en las que comienzas a “preocuparte” por un personaje, lo que sin duda enriquece la historia que viene a continuación repleta de giros y de esos cliffhangers marca de la casa.
Scott Kollins sigue al frente del dibujo de la mayor parte del tomo y, aunque su arte ha sido en ocasiones despreciado por su aparente sencillez, creo que encaja perfectamente con la historia y nos deja muchos buenos momentos durante la lectura de este tomo.
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