Antes de Watchmen: Minutemen

Darwyn Cooke revisita la creación y caída del grupo de superhéroes

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Siguiendo con la política de recuperación de las miniseries que conformaban Before Watchmen en formato tomo en tapa dura, tras su publicación en grapa hace algún tiempo, ECC nos trae en este tomo tres de estas historias, ya que además de la que da nombre al volumen, se recuperan las muy recomendables Moloch y Dollar Bill. Minutemen es la miniserie de 6 entregas de la que Darwyn Cooke se hacía cargo como autor completo. La escritura de Hollys Mason del libro Bajo la Máscara es la excusa que Cooke utiliza para rememorar las primeras aventuras de los Minutemen y el estilo de dibujo del artista hace el resto para situarnos en los años 40, y acompañar una vez más a Búho Nocturno en sus aventuras con Silueta, Justicia o Dollar Bill.


Si hubiera que buscar un referente cercano al acierto con el que Cooke enfoca esta historia lo tendríamos en JLA: La Nueva Frontera, donde el propio autor utilizaba todos los recursos narrativos a su alcance para dejarnos una obra maestra. Aquí mantiene la estructura en nueve viñetas que Alan Moore y Dave Gibbons usaran en la maxiserie original para contarnos pequeños detalles de una historia más grande, donde la luz y el colorido que vemos bajo los focos a menudo esconde secretos y sombras en el grupo de héroes.


Aunque pueda parecer que las dos historias que completan el tomo son solo un acompañamiento innecesario para los lectores, en este caso se trata de dos magníficas aportaciones al universo de Watchmen que, sin duda, sabrán apreciar los fans de la misma. En primer lugar, tenemos Dollar Bill, un especial publicado en un número único, en el que Len Wein se encargaba de contarnos la historia de William Benjamin Brady, un personaje que puede parecer menor pero que, en manos de Wein, demuestra que tenía mucho que contar. Si a esto unimos que el encargado de ilustrar este especial es el genial Steve Rude, tenemos la excusa perfecta para llevarnos el tomo a casa.


Y si existe alguien que no sea fan de Rude, la historia en dos partes que cierra el tomo terminará de convencerle. J. Michael Straczynski es el encargado de darnos la información que nos faltaba sobre Moloch, el villano que jugaba un papel determinante en Watchmen, pero que apenas conocíamos. La infancia de Edgar William Jacobi, su pasión por la magia y sus primeros pasos en el mundo del crimen son contados aquí, llegando justo hasta su final en las páginas de Watchmen. El arte, a cargo de un soberbio Eduardo Risso, es otra buena razón para comprar el tomo y seguir ampliando el universo de historias creado por Moore, que ha ayudado a definir a toda una generación de lectores.