Grandes Autores de Wonder Woman - John Byrne: Pasado Imperfecto Byrne recupera lo mejor de sí mismo para despedir a la amazona
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El principal problema de ser un autor completo que igual escribe un magnífico guión para una serie que se encarga de ilustrarlo, debe estar en medir bien las fuerzas ya que, si no, puede caer en lo sucedido en los primeros tiempos de Image, nada que ver con los magníficos productos que nos ofrece ahora, en los que los mejores dibujantes de los 90, creyendo que sería igual de fácil escribir las historias que acompañaran a sus dibujos, probaron suerte como autores completos con desastrosos resultados. Lo que sucedió a John Byrne hacia la mitad de esta etapa que ahora concluye fue lo contrario, echar toda la leña al fuego en los guiones demostrando que llevaba años en el negocio y conocía bien como dosificar la acción, introducir nuevos personajes y añadir subtramas como pocos y, sin embargo, dejarnos con un dibujo apresurado y con un uso de colores apagados que nos dejaba con la sensación de que el producto final podía haber sido mucho mejor.
Este Pasado Imperfecto, el tomo que recoge su tercer y último año en la serie, sirve para recuperar al brillante dibujante que siempre ha sido, estilizado, colorido y muy personal, y basta echar un vistazo a la portada del tomo para saber de lo que hablo. Es como si hubiese retrocedido 10 años en el tiempo y se encargase de la serie al mismo que tiempo que dibujaba Namor o sus personalísimos Next Men. El tomo se abre dando continuidad a la saga iniciada al final de la segunda entrega, con una batalla con Nerón que acababa con terribles consecuencias para nuestra heroína. Superman, Batman o Flash pasarán por el hospital donde han ingresado a Diana pero nada parece servir para ayudarla, y sólo Hera, madre de los dioses, parece ser capaz de hacer algo al respecto.
Como si supiese de su marcha muchos antes de lo habitual, Byrne va incrementando el uso de tramas paralelas hasta que en algunos números la presencia de Diana es mínima o casi inexistente, pero su habilidad para saltar de una historia a otra y dejarnos con una creciente curiosidad cada vez que las retoma es legendaria, y casi no tenemos en cuenta este pequeño detalle que, por otro lado, nos deja una lectura divertida y muy original, ya que el origen de Wonder Woman, al que Byrne trata de dar una continuidad coherente con su confusa historia editorial, es sólo uno de los temas a los que el canadiense dará cierre en estas páginas, al igual que la situación de Cassandra, que tuvo su ración de protagonismo en el primer tomo, el regreso de Demon o el Campeón, que también volverán para la despedida. Artemisa también reclamará la atención del lector para determinar su nuevo rol en el Universo DC y hasta recuperaremos a villanos clásicos como Egg fu y Merlín, para deleite de los lectores más veteranos.
De nuevo, destacar el arte de este Byrne con sabor clásico, que ilustra el Monte Olimpo con una elegancia y profundidad pocas veces vistos y que parece querer dejar lo mejor para el final en estos tres años durante los que escribió y dibujó la serie. Un magnífico final que nos hace querer volver a repasar la etapa completa ahora que ECC ha completado esta magnífica y solicitada edición.
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