Batman: Contagio

Nadie en Gotham está a salvo del virus del apocalipsis

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Parece como si la ciudad de Gotham tuviese algún tipo de imán que atrajese las malas noticias. No solo tiene que hacer frente a la mayor acumulación de villanos por metro cuadrado del mundo, lo que provoca un territorio constantemente sumido en el caos y terrero de juego para las mayores batallas jamás vistas, sino que los mayores temores de la humanidad, en forma de terremoto por ejemplo, se ceban de vez en cuando con la oscura metrópolis y sólo Batman puede ayudarles cuando las cosas se ponen feas. Ahora nos llega Contagio, una nueva saga que hacía interactuar a las serie de Batman, Robin, Azrael o Catwoman durante el año 96 para contarnos una gran historia que tenía un virus mortal como protagonista, al que todos los héroes luchaban por detener antes de que infectara a todos los habitantes de Gotham.


La historia comienza en Africa en un santuario de la orden de San Dumas que ha liberado por accidente un virus mutante capaz de consumir a quien lo contrae. Azrael pone a Batman y Robin sobre aviso pero quizás sea demasiado tarde, ya que el virus ha llegado ya a las torres de Babilonia amenazando con extenderse al resto de Gotham y, ante la situación, el nuevo comisario Hiwe, que ha sustituido a Gordon, se muestra incapaz de encontrar una solución. La búsqueda de Kendall Stuart, uno de los pocos supervivientes, es el primer objetivo de Batman con idea de lograr en antibiótico con el que curar a los infectados pero, a pesar de la aparición de Catwoman y de Azrael y de una fría expedición a Canadá, las cosas terminan por complicarse y, además de no conseguir su objetivo, Robin terminará infectado por el virus.


Comenzará entonces una carrera contra reloj por salvar su vida, en la que participará toda la batfamilia y donde todo vale por salvar la vida del joven, hasta aliarse con Hiedra Venenosa, aprovechando su inmunidad a los venenos conocidos por el hombre, para que les ayude a sintetizar una cura que sea capaz de llegar a todos los rincones de la ciudad. Tenemos aquí una historia dinámica y muy entretenida, que cambia de escenario y de protagonistas con una rapidez poco vista en este tipo de eventos y que se lee con fluidez a pesar de las más de 500 páginas del tomo, que completa con las tres partes de La Conexión Deadman, una saga que continuaba parte de la trama y que cuentan con el aliciente de estar dibujados por el genial Kelley Jones. También se incluyen algunos números de la serie Shadow of the Bat que para su entrega 50 reunía a sus mejores dibujantes, desde Norm Breyfogle hasta Barry Kitson.