Sandman: Obertura El regreso del Señor de los Sueños
Artículos relacionados
· Sandman: Muerte
· Miracleman de Neil Gaiman #1: La Edad de Oro
· Neil Gaiman: Leyendas del Abismo #1
Debe resultar bastante complicado finalizar una obra como The Sandman después de 75 entregas, recibiendo elogios de la crítica con cada nuevo tomo que llegaba a las librerías y creando en el proceso una de las mayores obras maestras del medio, y después plantearte regresar a la serie, 25 años después de que viera la luz la primera entrega. Dejando a un lado el simple hecho de tratar de superarse a uno mismo, la simple idea de preguntarse qué contar después, a tenor del redondo final con el que se despedía la colección, seguro que sería suficiente para que la mayoría de autores abandonasen la intención inicial, dándose por satisfechos con lo ya creado y buscando nuevos proyectos.
Sin embargo, Neil Gaiman no es un autor cualquiera. Alguien capaz de imaginar mundos, historias y personajes como los de Juego a Ser Tú, la saga favorita de quien esto escribe, demuestra con cada nuevo proyecto el cariño que pone en cada uno de ellos y, cuando se anunció su regreso a la serie para celebrar su aniversario, estaba claro que no iba a defraudar a nadie. Para dar forma a su nueva obra maestra, y dejo claro que no suelo utilizar este término a la ligera, hizo lo que muchos otros antes que él: dejar la obra original tal cual estaba, sin crear innecesarios interludios o páginas “de relleno” y contar una historia original, que tuviese lugar antes de la primera entrega de la serie, esa que comenzaba con Morfeo preso en un sotano por Roderick Burguess.
Teniendo como base una historia circular, en la que el final de Obertura enlaza a la perfección con Preludios y Nocturnos, esta suerte de tomo 0 de la serie destaca por muchas razones, pero sobre todo por dos de ellas. La primera, adentrarnos en terreno conocido y es que Gaiman ha escrito estos nuevos números como una muestra de agradecimiento para aquellos que ya disfrutamos de los diez tomos anteriores, que hemos leído y releído una y mil veces. La segunda, el arte de J.H. Williams III que es difícil describir con palabras. El artista de Promethea utiliza buena parte de lo aprendido en las páginas de la serie de Alan Moore para cambiar de estilo a un ritmo endiablado e incluso, alternar estilos en la misma página, creando composiciones en las que cada personaje tiene unas características únicas que deben ser plasmadas en acuarela, en forma de prisma, o sin entintar, consiguiendo un resultado sorprendente. Publicada a lo largo de dos años, en parte debido al complicado proceso de creación del artista, la edición en tapa dura de sus seis entregas que ahora nos trae ECC es una magnífica oportunidad para recuperarla y hacerle un hueco en la estantería del coleccionista más exigente, seguros de que volveremos a sumergirnos entre sus páginas en más de una ocasión.
|
|
|