Batman contra Depredador

El Caballero Oscuro se enfrenta al cazador definitivo

Tweet

Artículos relacionados

Estamos a finales de los ochenta. Las majors comiqueras están en racha gracias al apogeo del coleccionismo más salvaje e irresponsable que la industria ha vivido en su historia. El negocio de las viñetas parece ser la nueva meca y todos los empresarios estadounidenses quieren tener sus zarpas metidas en el mundillo de la tinta. Es entonces cuando una pequeña editorial llamada Dark Horse da un paso adelante y, aparte de potenciar su universo superheroico, fija su mirada en las más populares franquicias cinematográficas de la época. De esta manera, el lector veía como los protagonistas de títulos tan populares como Aliens, Terminator o, por supuesto, Depredador tomaban al asalto las librerías especializadas en propuestas de una inesperada calidad y acción imparable.


La filosofía de la editorial era simple y directa: ofrecer cómics que sirvieran de continuación natural a las películas estrenadas en la gran pantalla y que, lejos de fagocitar el éxito de los films originales en historias insípidas y recurrentes, ampliaran los universos que les habían dado origen. Por esta razón, la primera serie limitada dedicada a Predator tendría como protagonista al detective Schaefer, hermano del personaje interpretado por Arnold Schwarzenegger en la película de John McTiernan, y trasladaba la acción desde la jungla de la primera parte a terrenos más urbanos y sirviendo de precedente a Depredador 2, continuación fílmica oficial protagonizada por Danny Glover.


Por supuesto, el éxito de estas iniciativas llevó a Dark Horse a ampliar sus colecciones y a plantear la posibilidad de enfrentar a estos imparables seres con personajes de otras editoriales. Quizás sea bueno dejar claro que, por aquel entonces, no era tan habitual el cruce entre universos y que la noticia sacudió a la comunidad fandom por su innovación y posibilidades. En la actualidad que nos ha tocado vivir, con infinidad de universos compartidos, crossovers imposibles -ya sean las Tortugas Ninja junto a Batman o King Kong preparándose para enfrentarse al mismísimo Godzilla- y colaboraciones editoriales, puede ser difícil recordar una época en la que la aparición de un personaje en un título de otra editorial era un bombazo inigualable.

De esta manera, Dark Horse se acercó a DC y le planteó la posibilidad de enfrentar a su catálogo de peligrosos xenomorfos, cazadores alienígenas y cyborgs temporales con algunos de los pesos pesados de la casa. Por supuesto, la respuesta no se hizo esperar y la selección de títulos presentados en ese primer acercamiento se convirtió en un increíble catálogo que reunía a algunos de los mejores guionistas y artistas de la época.


ECC agrupa ahora en un solo volumen las tres miniseries que enfrentaron al Caballero Oscuro a estos imparables cazadores alienígenas con Batman vs. Predator como primera muestra. Dave Gibbons nos presenta una historia cruda y vertiginosa que va al grano desde la primera viñeta. La llegada de un Depredador a Gotham será el punto detonante de una ola de asesinatos que llevará al Hombre Murciélago a cruzar su camino con la cruenta criatura y que pondrá a prueba toda su destreza, fuerza y resistencia. El impresionante dibujo de Andy Kubert y las tintas de su hermano Adam, que les aseguraron un Eisner por su labor, capta a la perfección la sofocante realidad y oscura dureza de esta caza a muerte y nos ofrece una pequeña joya del cómic noventero.


Doug Moench recoge el relevo de Gibbons en la segunda miniserie y se acompaña del clásico Paul Gulacy en Batman vs Predator II: Bloodmatch, que enfrenta a nuestro protagonista a un joven Depredador que ha decidido romper la promesa de mantenerse alejados de Gotham que los alienígenas cazadores hicieron al final de la primera saga.

Por último, Batman vs Predator III: Blood Ties pasa los guiones a Chuck Dixon y los lápices a Rodolfo Damaggio para narrar lo que ocurre cuando un orgulloso padre Depredador y antiguo campeón cazador decida emprender una gesta contra el invicto Batman. Toda una road movie psicofamiliar que supone un acierto absoluto en las crecientes amenazas presentadas en este universo compartido.