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Batman: El Príncipe Oscuro #1 Comic Digital
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Batman: El Príncipe Oscuro #1

Enrico Marini reinterpreta la mitología gothamita

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 27/05/2018

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Batman es un personaje al que le sientan bien las reinterpretaciones. Desde sus comienzos, la mitología del Caballero Oscuro ha sido objeto de múltiples acercamientos que trasladaban sus características básicas a diferentes periodos temporales, culturas o inquietudes creativas. Un claro ejemplo de esta tendencia es la infinidad de proyectos Otros Mundos que el Hombre Murciélago ha protagonizado, con ejemplos como Gotham a Luz de Gas, Batman: Vampiro o Batman: Nueve Vidas, que se han ganado por méritos propios un hueco entre las lecturas imprescindibles del personaje.


Sin embargo, estas lecturas no dejan de estar situadas dentro de las líneas generales del universo DC mientras que existe un conjunto de producciones que han buscado aumentar la apuesta y dejar a Batman en manos de creadores alejados del mainstream superheroico estadounidense. En esta categoría encontramos inmersiones en el manga como Batman: Child of Dreams o Batman: Death Mask o experimentos extraños como ese Batman: Europa, que buscaba entregar la estética del personaje a los lápices de un plantel de dibujantes europeos.


A esta última categoría pertenece el cómic que nos ocupa y hay que afirmar que DC se ha cuidado de ofrecer a los lectores toda una experiencia diferente a la hora de acercarse a este título. No tanto a los que nos encontramos en este continente, bastante más acostumbrados a la publicación en formato álbum de algunos de nuestros cómics preferidos, sino a los aficionados americanos, que disfrutarán este recomendable nuevo trabajo de Enrico Marini en un formato puramente europeo gracias a los dos álbumes que la componen.

Centrémonos un segundo en la figura de Marini. Ilustrador sobradamente conocido en nuestro país gracias a títulos como Rapaces, El Escorpión o Las Águilas de Roma, este dibujante se ha ganado a base de esfuerzo un lugar preferente en el cómic europeo. Sus brillantes composiciones, expresivos personajes -aunque siempre bordeando el exceso en cuanto a cuerpos esculturales se refiere- y espectacular uso del color le ha valido un seguimiento masivo y un éxito muy importante para cada una de las propuestas que presenta periódicamente.


Como deja bien claro en su entretenida introducción, Marini buscaba un proyecto enmarcado en el género noir como nueva obra y la llegada de Jim Lee con su propuesta para Batman se convirtió en el empujón definitivo que necesitaba para dar el pistoletazo de salida y enfrentarse a uno de sus más difíciles retos como creador de viñetas.

Un robo frustrado será el comienzo de una persecución sin tregua que llevará a nuestro protagonista a enfrentarse de nuevo con su enemigo definitivo, aunque esta vez el precio del fracaso puede suponer la mayor pérdida nunca sufrida por Bruce Wayne. Marini despliega una narrativa casi cinematográfica para sumergirnos en un Gotham asfixiante y opresivo en el que cada rincón esconde una amenaza, mientras desarrolla el misterio que vertebrará el relato: la aparición de una niña que podría ser la hija de Wayne y cuya vida penderá de un hilo tras ser secuestrada por el Joker y Harley Quinn.


El autor impregna sus páginas de un humor muy europeo, gracias a escenas como esa obligada reunión entre Batman y Gordon en un tejado con el comisario vapeando y siendo tachado de ridículo por “el tío que va por ahí disfrazado de murciélago”; una violencia salvaje pasada por el grotesco prisma de un Joker completamente desfasado y amenazador en su impredecibilidad; un ritmo trepidante pausado por impresionantes láminas desde las alturas de Gotham; y, por supuesto, una profunda carga de sensualidad y fisicidad en cada uno de sus personajes.

En resumen, una recomendable lectura que mira a Batman desde un nuevo prisma y lo saca de su zona de confort para ofrecer al lector una versión diferente de uno de los iconos del cómic.


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