Grandes Autores de Batman - Norm Breyfogle: El Último Arkham ¿Ha perdido la cordura el Hombre Murciélago?
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Ahora que alcanzamos el final de la fantástica reedición que ECC ha realizado de una de las más interesantes etapas de Batman, llega la hora de hacer balance de lo que supuso para el personaje la llegada de Alan Grant y Norm Breyfogle a la serie. Los que hayan leído alguna de las reseñas que hemos dedicado a otros tomos como El Espíritu de la Bestia o Noctámbulos, sabrán que quien esto escribe tiene especial debilidad por estos cómics y es que, hasta el momento, nadie había dotado a Batman y, sobre todo, a la ciudad de Gotham de estas dosis de realismo. En sus manos, los villanos no necesitaban vestir extravagantes trajes de chillones colores, ya que les bastaba con utilizar a niños para que distribuyesen sus drogas para conseguir helarnos la sangre. Grant era especialista en crear villanos desagradables, basados en muchos casos en supersticiones o mitologías locales, y el arte de Breyfogle combinaba a la perfección con estas historias, con un héroe imperfecto, dolorido y cansado, que contrastaba con el dibujado por Jim Aparo, quien por aquellos entonces de la otra serie dedicada al murciélago. Este evidente contraste sirvió para que muchos cayésemos rendidos a los pies de la pareja de autores y la decisión de ECC de incluirlos en su línea Grandes Autores está más que justificada.
Podemos decir que en esta última entrega se cumple la máxima de “dejar lo mejor para el final”, y es que siempre he recordado la saga que da nombre al tomo como una de las mejores del personaje. Pero antes de llegar a ella, analicemos las otras historias que componen este quinto y último tomo. El temible Peter Milligan nos trae la historia de El Idiota, durante la cual se cruzaron las series de Batman y Detective Comics, dibujadas respectivamente por Aparo y Breyfogle, lo que nos servirá para disfrutar una vez más del contraste de estilos que antes comentaba. Se trata de una historia diferente, que bien podía haber escrito Grant, pero que cuenta con el inconfundible toque de Milligan a la hora de crear personajes distintos a cualquier cosa que hayamos leído, como la Ladrona de Corazones.
Lo mismo sucede con El Destructor, una saga en tres partes que incorporaba a la mezcla la serie Legends of the Dark Knight, a Dennis O´Neill como guionista y a Chris Sprouse como dibujante, redefiniendo el aspecto de Gotham y sus edificios con mucho acierto. Alan Grant se despide de la serie Detective Comics con el regreso de una de sus creaciones más celebradas, Scarface y el Ventrílocuo, en una saga más ligera y divertida que las anteriores.
Llegamos así a El Último Arkham, una saga que estrenaba La Sombra del Murciélago, la nueva cabecera del personaje, y que recibía con los brazos abiertos a Grant y Breyfogle, dando así la oportunidad de que los lectores más jóvenes también les conociesen aprovechando el nuevo número 1 que llegaba a las librerías. La historia no defrauda y nos presenta a Jeremiah, el último de los Arkham, que ha decidido rediseñar las instalaciones de sus antepasados para conseguir un lugar mucho más moderno y funcional para sus pacientes, entre los que descubriremos a Batman al final de la primera parte. De manera brillante, Grant nos contará cómo ha llegado allí el justiciero enmascarado y el importante rol que Mr Zsasz juega en esta historia. Breyfogle también aprovecha que la serie se publicó en papel de mayor calidad y en varias ediciones de lujo para lucirse, y nos deja imágenes tan impactantes como los desesperados intentos de Batman por escapar de Arkham. El tomo se completa con dos historias autoconclusivas de los autores y con el número 50 de la recién estrenada serie, que demuestran una vez más que se trata de una etapa irrepetible al que cualquier fan de Batman debería hacer un hueco en sus estanterías.
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