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Batman y Robin: La Gran Quemadura Comic Digital
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Batman y Robin: La Gran Quemadura

Peter Tomasi y Patrick Gleason redefinen el origen de Dos Caras

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 31/08/2018

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Ahora que la recomendable etapa de Peter Tomasi y Patrick Gleason se acerca a su fin, es hora de valorar todo lo que estos autores consiguieron traer a una colección que, desde su inicio, parecía condenada a la mediocridad y a contarnos historias menos interesantes que las de Scott Snyder o Grant Morrison. Sin embargo, el paso de los números fue demostrando que tan sólo necesitaban tiempo para desarrollar la que quizás sea la mejor dinámica entre el Hombre Murciélago y el Chico Maravilla que jamás hayamos leído. Y si durante su publicación en formato cuatrimestral se nos escapó, ahora que ECC está recuperando la serie en tomos en tapa dura, no debemos dejar escapar la oportunidad para hacernos con ella y disfrutar desde la primera página de todas las posibilidades que nos ofrece.


Con La Gran Quemadura llegamos al quinto recopilatorio de la colección y ponemos toda nuestra atención en Dos Caras, para caer en la cuenta de que aún no se nos había contado el origen del villano, dado que los Nuevos 52 daban bastantes posibilidades a los autores para hacer los cambios que fueran necesarios. Tomasi y Gleason saben aprovechar la oportunidad para dejarnos un origen bastante alejado de lo que esperaríamos del antiguo fiscal del distrito pero, precisamente por ello, especialmente novedoso e interesante. A la mezcla se añadirán Erin McKillen, pez gordo de las familias de la mafia de Gotham, que guarda bastantes vínculos con Harvey Dent y hasta con Bruce Wayne, lo que dará bastante juego a la trama. Con este brillante ejercicio de retrocontinuidad y con el pasado de los personajes al descubierto, las sorpresas están aseguradas en la recta final.


Especial mención merece la habilidad de los autores para seguir ofreciendo un título de calidad mes a mes, al tiempo que se mantiene la nueva continuidad y se respeta lo que los demás guionistas están haciendo con los personajes que comparten. Me refiero, lógicamente, al destino que Grant Morrison le tenía reservado a nuestro querido Damian Wayne, que alteró lo que sucediera en el resto de colecciones en las que solía dejarse ver. La trama iniciada en el tomo anterior, con la desaparición de los cuerpos de Damian y Talia sigue en este, alternándose con el regreso de Erin McKillen y, lo que resulta más sorprendente, veremos cómo Dos Caras se convierte en el nuevo aliado de Batman, supliendo así a Robin hasta en la cabecera de la serie durante varios meses. Lo que en otras ocasiones se vería como algo forzado y manido, funciona aquí a la perfección gracias a la habilidad de los guionistas y, en algún momento, casi nos da pena que la serie deba volver en algún momento a su status quo original.


También es destacable el dibujo de Patrick Gleason, encargado de casi la totalidad de números de la colección, que de nuevo gracias a su estilo sombrío y a ratos hasta siniestro, consigue un impactante resultado jugando con la duplicidad del villano protagonista, con quien compara al resto de personajes convirtiéndoles en Dos Caras por un momento, ocultando la mitad de su rostro entre sombras, y con diversos recursos que a buen seguro sorprenderán a los lectores. Para aquellos que aún no hayan dado una oportunidad a la colección, es un buen momento para que la prueben. Seguro que al finalizar su lectura, corren a su librería favorita a hacerse con los cuatro volúmenes anteriores, que les ayuden a amenizar la espera hasta la llegada del siguiente.


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