David Goyer: especialista en viñetas fílmicas

Tweet

La publicación de las últimas entregas de Starman supone la excusa perfecta para detenernos en el nombre de su co-guionista David S. Goyer. Y es que al hablar de cómo las fronteras entre cine y cómic se han estrechado durante la última década, pocas veces se ha reparado en Goyer, posiblemente el responsable de más adaptaciones de cómic de todo Hollywood.


David Samuel Goyer creció siendo un devorador de cómics, algo que le impulsó a ganarse la vida como escritor. Sin embargo, sus pasos se encaminaron hacia el cine, donde a principios de los 90 se inició en el ámbito de la acción y el terror de bajo presupuesto (Libertad para Morir, Demonic Toys). Dado que nunca abandonó su afición a las viñetas –añadiendo en sus libretos referencias a la mínima que podía- pronto se hizo un nombre entre los productores como guionista ideal para adaptaciones cinematográficas. Desgraciadamente sus primeros trabajos se vieron perjudicados por la ineficacia de los productores y/o la pobreza de medios, dando resultados tan pobres como El Cuervo: Ciudad de Ángeles o el telefilme sobre Nick Furia protagonizado por el inefable David Hasselhoff (esto último no es broma, aunque lo parezca). Pero a la tercera va la vencida: con su guión para Blade Goyer renovó por completo al viejo secundario de La Tumba de Drácula, convirtiéndolo en un icono cinematográfico a mayor gloria de Wesley Snipes y facilitando el inminente gran boom de adaptaciones al cómic.


Tan logrado fue su trabajo que varias de las nuevas características que añadió al personaje terminaron siendo adoptadas a posteriori en los cómics. Goyer fue asimismo guionista de la -superior- secuela dirigida por Guillermo del Toro y realizador de la poco acertada Blade: Trinity, además de supervisar una serie de TV de corta vida sobre el personaje.


Con este bagaje a cuestas los servicios de Goyer pronto fueron requeridos para la realización de numerosas adaptaciones. Aunque algunas no llegaron a prosperar (Magneto, Flash, Dr. Extraño) o lo hicieron a cargo de otros (Hellboy, Ghost Rider), su habilidad probó ser fundamental para el relanzamiento del maltrecho Batman cinematográfico. Christopher Nolan no pudo encontrar un mejor compinche a la hora de abordar Batman Begins, pues fue gracias a Goyer y su conocimiento enciclopédico del cómic que la película explora los años de formación de Bruce Wayne, maneja estupendamente referencias como Batman: Año Uno o El Largo Halloween, retrata a villanos menos conocidos fuera de las viñetas como Ra´s al Ghul y el Espantapájaros e incluye a personajes como Henri Ducard o Mr. Zazz. Autor de los argumentos de El Caballero Oscuro y la inminente El Caballero Oscuro: la leyenda renace, Goyer puede presumir del hecho de haber concretado al mejor Batman cinematográfico hasta la fecha.


Adaptaciones aparte, nuestro protagonista también se ha labrado una corta pero nada despreciable carrera en el cómic. Por mediación de James Robinson se convirtió no sólo en co-guionista de Starman (la saga Las estrellas, mi destino), sino que también relanzó a la JSA. Primero mediante una serie de especiales. Luego con una serie regular escrita junto a Geoff Johns que se convirtió en uno de los comics de género más sólidos de la última década. Y finalmente con la estupenda miniserie JLA/JSA dibujada por Carlos Pacheco. Más recientemente ha sido autor de una de las historias más célebres y polémicas de Superman (Action comics 900) en la que, para evitar un conflicto internacional, obliga al héroe a renunciar a su ciudadanía norteamericana.

Escritor de películas (Alguien mueve los hilos, Dark City) y series (Sonambulos, FlashFoward) de culto, quizás sus trabajos como realizador (Invisible, La Semilla del Mal) sean su faceta menos afortunada. Como guionista en cambio aún le queda cuerda para rato, pues además de escribir el esperado relanzamiento de Superman a cargo de Zack Snyder, su nombre figura en los créditos de la nueva (difícil que sea peor) entrega de Ghost Rider y entre los responsables de llevar 100 Balas a la televisión. Al menos sabemos que conoce el material de partida, lo cual ya es una ventaja.