Taxi - Integral

Aquellos maravillosos años

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Planeta Cómic sigue empeñada en dar continuas alegrías a los aficionados del cómic clásico, ya sea en su vertiente americana o, como en el presente volumen, patrio. A las continuas reediciones de material añejo y altamente deseado por muchos lectores se viene a unir este Taxi - Integral firmado por Alfonso Font, uno de esos autores que ha hecho de todo a lo largo de su carrera y cuyo nombre recuerda a publicaciones como Totem, 1984 o Creepy. Casi nada, vamos. Pues bien, nos llega ahora un estupendo volumen recopilando en su integridad la mencionada obra, una edición a la altura de las circunstancias y de la calidad que se merece alguien como Font.

Taxi se compone de tres historias protagonizadas por una joven reportera (de nombre Taxi) que, comenzando un viaje en Barcelona, se verá envuelta en una serie de tramas que tendrán elementos de relatos detectivescos que periodísticos. Una serie de vaivenes que nos trasladarán a todo tipo de lugares exóticos, recordando en más de una ocasión a la dinámica de los mejores films del Agente 007. Bien es cierto que la obra se podría considerar como hija de su época, de unos días en los que el cómic tenía otra finalidad, pero no menos cierto es la buena lectura que supone en estos días, una experiencia llena de nostalgia y cientos de recuerdos.


Aunque Font sabe muy bien hacia donde quiere dirigir su historia, la sensación que nos queda es la de un coitus interruptus aviñetado. Sí, se puede disfrutar del álbum en su plenitud, de cada una de las aventuras que lo componen, pero nos echamos las manos a la cabeza al pensar en lo que podría haber dado si la obra hubiese tenido continuidad con más entregas. La estructura de la serie hacia que se desplegara ante nosotros un abanico de posibilidades bastante importante, viajes por todo el mundo con la galería de personajes secundarios siendo desarrollados como se merecen.


Los guiones de Font están llenos de momentos aventureros marca de la casa, desde un tranquilo paseo por Barcelona hasta el desierto del Sáhara donde tendrá que huir de sus perseguidores, escenas que nos recuerdan de manera explícita a cierta heroína de los videojuegos. El entretenimiento es mayúsculo y no se esconde tras unos diálogos bien desarrollados que, quizás hoy, puedan parecer algo largos. Aún así, la narración no se resiente lo más mínimo ya que el autor encuentra el equilibrio perfecto entre las escenas de acción y ese despliegue literario que tan bien le sienta al personaje.


Si nos detenemos en la parte gráfica, poco tenemos que añadir si ya conocemos el estilo y el buen hacer del de Barcelona. A su trazo tan característico no se le resiste nada, da igual de lo que se trate, Font sale airoso en cada una de sus páginas. Las calles de la Ciudad Condal o los modelos de aviones que aparecen en la historia, todo luce de manera esplendida, poniéndose al servicio de la narración, sin estridencias y siempre con una calidad y acierto que pocos autores han conseguido transmitir en su trabajo. Ojalá Planeta Cómic, o la editorial que decida “tirarse a la piscina”, siga con esta labor de recuperar clásicos de culto de nuestra historieta. Hay bastante donde elegir y la calidad sobra en muchas de ellas.