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Planetary Libro 1 Comic Digital
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Planetary Libro 1

Warren Ellis nos regala una espectacular carta de amor al género superheroico

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 18/03/2019

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Warren Ellis es uno de esas voces necesarias e imprescindibles del noveno arte. Salvaje, polémico y espectacular a partes iguales, el guionista ha convertido en imprescindibles un buen número de sus trabajos y redefinido la misma esencia de un género tan popular como el superheroico con su brutal mirada a los superpoderes con The Authority (porque, sí, señores… Sin esta obra, no habrían llegado Los Ultimates de Mark Millar y el “autorizado” Bryan Hitch y, sin su oscura y realista estética, quizás Los Vengadores fílmicos y el exitoso MCU posiblemente habrían decidido seguir otros derroteros en sus primeras incursiones).


Títulos como el citado The Authority, la mordiente Transmetropolitan, su fugaz pero inmejorable etapa en Hellblazer, Frecuencia Global, sus redefiniciones de personajes como El Caballero Luna o Thunderbolts, la gamberrísima Nextwave, la depresiva mirada al universo Marvel de Ruins, el repaso al universo mágico bajo un prisma deformante de Injection… La lista es interminable y cualquier fan del arte secuencial sabe que sus propuestas siempre van a contener conceptos imposibles, escenas imborrables y una dosis de mala leche considerablemente elevada.

Pues después de esta pequeña introducción y siempre según la opinión del que esto escribe, me gustaría dejar clara una cosa. Con todas las incontables virtudes de los títulos mencionados, los momentos comiqueros irrepetibles de sus páginas y los indudablemente esenciales guiones que el autor ha presentado en ellas, la obra cumbre y decididamente elemental de Ellis es este repaso a la misma esencia e historia del género pulp y superheroico llamada Planetary. Un cómic único que se mueve entre el blockbuster cinematográfico, la ciencia-ficción más extrema y la carta de amor incondicional al noveno arte.


“El mundo es raro” - Elijah Snow


Como en tantas otras propuestas de Ellis anteriores, el guionista dedica sus primeros números a presentarnos al cast principal de la serie: un grupo de seres solitarios y excéntricos con increíbles habilidades especiales -algunas más evidentes y fáciles de explicar que otras- convertidos en una suerte de grupo de arqueólogos de lo imposible encargados de perseguir, catalogar y, en caso de ser necesario, contener cualquier prueba de actividad sobrehumana, alienígena o paranormal.


De esta manera conocemos a Elijah Snow -nacido en 1900 y parte de un grupo de seres creado por el universo para proteger y mantener el orden en nuestro mundo, tiene la capacidad de manipular la temperatura y dotes detectivescas dignas del mismísimo Sherlock Holmes-, Jakita Wagner - con fuerza y velocidad sobrehumanas, intolerancia a la tranquilidad y un temperamento algo salvaje- y El Batería -el miembro más joven del grupo que se sirve de sus baquetas para descifrar cualquier tipo de información, sea de naturaleza informática, sobrenatural o espiritual-.

Juntos emprenderán una misión que les llevará a los más recónditos parajes de nuestro mundo para frenar los planes de un pérfido grupo conocido como Los Cuatro, que se han convertido en las personas más poderosas de nuestro planeta y que llevan años dando forma a nuestra realidad desde las sombras gracias a sus pérfidos conocimientos y capacidades especiales.


“Procuremos que siga así” - Jakita Wagner


El guionista, acompañado de un John Cassaday en estado de gracia que jamás ha vuelto a brillar con la misma intensidad, comienza su relato con historias autoconclusivas que van construyendo el incontenible tapiz en el que se moverán nuestros protagonistas. De esta manera, en los primeros números vamos saltando de manera incontrolable e inesperada entre géneros como el pulp más clásico -ese primer número con ese homenaje nada velado a Doc Savage llamado Axel Brass-, el kaiju de pura cepa -con nuestros protagonistas visitando una misteriosa isla repleta de monstruos alucinantes-, la ghost story policiaca o el cine de terror de los 50 con sus insectos gigantes y mutaciones nucleares incluidas.


Sin embargo y con la introducción del perverso grupo Los Cuatro, Ellis comienza a presentarnos sus planes tras estos números introductorios y un arco argumental empieza a desvelarse para asombro de unos lectores que, a partir de este punto, están ya atrapados irremediablemente en este insólito y extraordinario universo.

En resumen y como cierre para evitar que perdáis más tiempo antes de salir corriendo a comprar el tomo para que forme parte de vuestras bibliotecas, un título imprescindible que sirve, al mismo tiempo, como sentido homenaje a los orígenes e historia del pulp y el cómic y como mayúscula obra de inspiración al futuro del arte secuencial. ¿Lo queréis más claro? Una absoluta obra maestra en esta realidad y cualquier mundo paralelo al que pudiera llevarnos la Sangría.


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