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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Nacido salvaje: El fantasma de Vietnam

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 22/03/2019
La Atalaya del Vigía

A punto de cumplirse tres décadas de su publicación, volver a leer Nacido Salvaje, antología de relatos sobre la guerra de Vietnam, provoca una sensación mezcla de nostalgia, asombro y visión en perspectiva de una obra representativa de una época concreta de la industria del cómic español y su enorme y no siempre aprovechado potencial para ensanchar las fronteras del medio.

Publicada originalmente por entregas en 1988 en la revista Totem el Comix de la editorial Toutain, Nacido Salvaje fue el primer trabajo como autor profesional de Fernando De Felipe quien, apoyado por el también debutante Oscar Aibar en los guiones, daba rienda suelta a la fascinación por la guerra de Vietnam y su polémica y violenta imaginería. A finales de los ochenta, más de una década después de su final, el conflicto bélico del sudeste asiático seguía muy presente en el imaginario colectivo gracias a la proliferación de obras de ficción sobre el mismo en medios como el cine (Rambo, Platoon, La Chaqueta Metálica), la televisión (Camino del Infierno) y el cómic (The Nam, publicada por Marvel y en cuya edición española a cargo del extinto sello de Planeta Cómics Forum colaboraría el propio De Felipe como portadista).


Partiendo de ese caldo de cultivo en plena ebullición, De Felipe y Aibar plantearon una serie de historias cortas de entre siete y diez páginas editadas en el blanco y negro habitual de la publicación y que versaban sobre las vivencias de unos personajes cuyo único lazo común era su experiencia en el frente durante el conflicto. Un total de ocho piezas muy distintas entre sí, tanto en formato como en género narrativo, con las que ambos autores buscaban plasmar no tanto el horror de la guerra como las consecuencias, igualmente violentas y deprimentes. Una siniestra herencia que marcaba a aquellos veteranos que volvían a su hogar alienados e incapaces de reajustarse a la vida que habían dejado atrás al alistarse.

Mezclando un gran trabajo de documentación materializado en viñetas que aluden claramente a conocidas imágenes fotográficas y documentales tomadas por reporteros de guerra así como a toda clase de referentes de la cultura pop (literarios, musicales, cinematográficos) del momento, las historias de Nacido Salvaje tejen un turbio retrato del zeitgeist de la sociedad estadounidense de la época usando el conflicto como catalizador para señalar sus aspectos más oscuros y polémicos. El recuerdo de las traumáticas vivencias en el frente y la imposibilidad de superar las atrocidades propias y ajenas asociadas a ellas son mostrados como catalizador de sucesos como una masacre en un supermercado, un suicidio ante las cámaras, una matanza familiar o una vida marcada por la demencia.


Juzgadas en frío por su sinopsis, la mayoría de las historias adolecen de cierta fijación con la figura del psychokiller y el estrés post-traumático. Sin embargo el talento narrativo de De Felipe (sorprendente en un teórico debutante) consigue dotar a cada historia de una personalidad única, sin esconder sus referentes pero manejándolos para otorgarle un sentido propio.

Así en La Montaña Blanca vemos como el visionado del logo de la Paramount fundiéndose con el de una montaña vietnamita desata el recuerdo de un traumático episodio en un personaje mientras ve un film que le llevará a provocar un tiroteo en un supermercado. La Sangre sobre la Sangre -inspirada la canción de Bruce Sprinsgteen que también dio pie al film de Sean Penn Extraño Vínculo de Sangre (1991)-, narra la persecución de un sheriff sobre su hermano excombatiente después de que este haya cometido un asesinato. El Hombre que Mató a J.F. Kennedy relaciona el trauma de un veterano con la leyenda conspirativa de uno de los eventos decisivos de la historia del siglo XX. Hell´s Half Acre reinterpreta en imágenes la canción homónima de Robbie Robertson mientras que The End fusiona la letra del tema homónimo de The Doors con la narrativa de los antiguos cómics de terror de la EC, presentación del Tío Creepy incluida. Naturaleza Muerta supone un homenaje explícito a El Corazón de la Tinieblas de Joseph Conrad y su relectura cinematográfica a manos de Francis Ford Coppola con Apocalypse Now (1979) mientras que Nacido Salvaje experimenta con los saltos en el tiempo mientras homenajea al personaje de Marvel Silver Surfer y la fascinación que su estética provocó en la cultura popular.


Quizás la excesiva referencialidad en ocasiones demasiado subrayada es lo que peor ha envejecido de una obra que peca de un efectismo propio de autores debutantes con un estilo aún por pulir pero sin la experiencia vital necesaria. El dibujo de De Felipe, de estética feista a medio camino entre la caricatura retorcida y el realismo detallado y con claras influencias de autores como Richard Corben, Frank Miller o Mike Mignola, ofrece sin embargo un arrojo y una compresión cinematográfica de la narración visual que ya entonces permitía saber que se trataba de un autor al que seguir, dando paso a trabajos de mayor calado y complejidad como El Hombre que Ríe, Marketing & Utopia o Museum.

Publicada en formato álbum en 1989, Nacido Salvaje conocería una segunda vida editorial en 1995 al ser reeditada en forma de miniserie de tres números en grapa por Ediciones Glenat. Descatalogadas ambas ediciones en la actualidad –como el resto de la obra de su autor, por cierto- su relectura provoca la amarga sensación de echar de menos no solo a un autor que acabó abandonando el medio, sino también un panorama editorial patrio que, pese a sus carencias, ofrecía una mayor y más variada creatividad donde obras como esta tenían cabida.


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