Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
Jóvenes Titanes: Año Uno Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"¡Somos el gobierno! ¿ O es que no ve Expediente X? " Henry Gyrch a Betty Banner / Hulk vol. 3 #4
ID

Jóvenes Titanes: Año Uno

Se recomienda leer después de merendar y hacer los deberes

Un artículo de José María Pérez Cuajares - Introducido el 14/04/2019

Artículos relacionados

· Wonder Woman: Tierra Uno Vol.2

· Batgirl: Año Uno

· Robin: Año Uno

Cuando uno tiene claro que quiere fomentar entre las personas que le rodean el sano vicio de la lectura, lo primero en lo que piensas es en elegir el cómic perfecto para cada caso. Esto seguro que le gusta mucho a mi pareja, o a mi hermano… La cosa se complica bastante cuando hablamos de hijos o sobrinos, y es que un mal paso dado en esa dirección puede hacer que odien para siempre el noveno arte y eso es algo imperdonable, por lo que conviene extremar las precauciones. Algo parecido me pasó hace poco con mis sobrinos, de 12 años de edad, y con los que había probado casi de todo: Bone, Astérix, o algo de Batman o Superman cuidadosamente seleccionado, pero nada parecía surtir efecto. Y de repente, entre las novedades de ECC, descubrí un cómic de 2008, que pasó desapercibido para mí la primera vez que se publicó en España, pero que ahora me parecía cuanto menos interesante.


Jóvenes Titanes: Año Uno narra en clave ligera y casi humorística una de las primeras aventuras del grupo, que se contaba de pasada en uno de los números originales y que sirve a la guionista Amy Wolfram para presentar a este joven grupo de héroes a una nueva generación de lectores que, gracias al cine o a series animadas como la que comparte título con este tomo, están descubriendo poco a poco todo lo que cabe en unas pocas viñetas. Una vez leído el tomo en cuestión, cuidadosamente publicado por ECC en una edición en tapa dura que reúne las seis entregas, el veredicto es claro: absolutamente recomendable para disfrutar sin complejos o para regalar, o al menos prestar, a esos que aún no tienen sus estanterías abarrotadas y sin embargo les pica el gusanillo de la lectura de cómics.


La experiencia de Wolfram como guionista de la serie de animación dedicada a los Titanes le daba sin duda mucha ventaja a la hora de dar a la miniserie el enfoque justo para los nuevos lectores, fresco y muy dinámico, tanto que el tomo de 140 páginas se lee de una sentada, casi sin darnos cuenta. La historia es muy sencilla y, como decimos, la mayor parte del tomo nos cuenta a modo de revisitación una historia clásica de los titanes, en la que los miembros de la Liga de la Justicia eran controlados mentalmente por “Antítesis”, y por ello terminaban enfrentados a sus contrapartidas más jóvenes, es decir, Batman contra Robin o Flash contra Kid Flash, lo que provocaba que los jóvenes se vieran obligados a reunirse para solucionar este embrollo, y que al final de la historia, Robin, Speedy, Wonder Girl, Aqualad y Kid Flash ya sean considerados un grupo. 


Parte de la culpa de la frescura conseguida por la serie la tiene Karl Kerschl, a quienes ya tuvimos el placer de disfrutar como dibujante de Academia Gotham, que también supone una lectura perfecta para cualquier adolescente que busque una obra simpática y sin pretensiones, y lo que es mejor, libre de ataduras de continuidad que les hagan perderse la mitad de la historia. Volviendo a Kerschl, su estilo algo cartoon funciona a las mil maravillas, como con cada uno de los gags que regala a Aqualad, un personaje rediseñado para la ocasión, como un atolondrado y pálido joven que apenas puede disimular el olor a pescado cuando sale a la superficie. La interacción de los personajes es simplemente perfecta, como en el quinto número, que se centra en el posible interés romántico de dos de los titanes. Como única pega, el final de la lectura nos deja con las ganas de que se tratase de una serie regular de la que pudiéramos esperar una segunda entrega en los próximos meses.


contactarEdición impresa